Oh, shit!

Un

Trouver.

Por los pasillos del edificio principal de campus se había armado un gran alboroto, murmullos, exclamaciones y gritos de emoción y confusión hicieron eco en todo el primer piso. Todos se quedaron boquiabierta al verlos y se hicieron a un lado para que pasara...la pareja del año. Mirándose el uno al otro como si fueran las únicas personas en el mundo, Park JiMin y Jeon JungKook, los muchachos más populares del campus desde que llegaron caminaban con normalidad por el pasillo, agarrados de la mano y sonriéndose como si hubieran encontrado un tesoro inigualable.

Ignorando los gritos de las personas que no paraban de gritar y susurrar cuando ellos pasaban. ¿Cómo no emocionarse? Si ambos chicos eran un sueño. Uno era el chico más hermoso del campus y el otro era el atractivo base del equipo de basquetbol. Desde la preparatoria todos se daban cuenta que ambos eran más que amigos. Se veía incluso a millas de distancia la fuerte tensión sexual que ambos se tenían y que los dos se miraban con otros ojos conforme los días pasabas, era tan claro como el agua que ese par era mucho más de lo que decían ellos que era una "amistad". Todos los que los rodeaban sabían que solo era cuestión de tiempo para que comenzaran a salir.

Los grititos y chillidos de la multitud –de chismosos– aumentaron cuando JungKook tomó a JiMin de la cintura y, con una sonrisa ladina, besó a su novio enfrente de todos. Cuando se separaron, el muchacho de cabello rubio se avergonzó por ello al oír cómo se intensifico el escándalo. Muchos de sus amigos estaban allí, además de algunos de sus maestros.

    — ¡Kookie! —reclamó con un puchero y sus mejillas rojas cuando el menor se separó.

    — ¿Qué? ¿es malo que quiera besar a mi lindo novio? —sonrió con inocencia.

JiMin golpeo suavemente a JungKook en el hombro y el azabache volvió a unir sus labios con los del rubio en un beso dulce y casto. Sus oídos casi sangran cuando se escucharon decenas más de chillidos femeninos que hicieron un eco espantoso. Y luego que el bullicio fuera cayado por un maestro (bendito sea), los chismosos siguieran su camino y fue la oportunidad de los amigos de la nueva pareja para felicitarlos.

JungKook noto que muchos de sus compañeros intercambiaron dinero, unos con expresión victoriosa y otros muy molestos, como malos perdedores. Pero no solo ellos, también varios de sus amigos íntimos y amigos de JiMin, debió preverlo, con todos los rumores que había alrededor de la pareja y la evidente tensión entre ellos era obvio que harían una apuesta de cuando entrarían por esa puerta proclamando que finalmente estaban juntos. La pareja rodo los ojos ante los chillidos indignados de sus amigos más cercanos al perder.

Ese día, fue el más glorioso y alborotado para los alumnos de la prestigiosa universidad. Los dos muchachos más populares, inteligentes y guapos de la escuela estaban –por fin– juntos, oficialmente eran una pareja.

Y todos sabían que estarían juntos, para siempre...

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Hoy, ya habían pasado casi doce años desde ese día tan hermoso. Doce años desde que, finalmente y luego de varios meses, ambos declararon sus sentimientos el uno por el otro, por fin se habían vuelto pareja. Todo había sido tan mágico y hermoso que ahora parecía un sueño. JiMin, de ahora 30 años, miraba esa fotografía enmarcada –que había encontrado de casualidad mientras limpiaba–ese bonito recuerdo que le dio unos de sus amigos más cercanos hace siete años, en el día de su boda con el menor.

Uno de los muchos días hermosos y felices que paso junto a JungKook. Una boda de ensueño, con el amor de su vida, amigo de la infancia de quien estaba profundamente enamorado. Con quien había compartido magníficos años, en lo que pasaron por mucho, alegrías y tragedias, así como diversos caminos y dificultades que enfrentaron juntos.