¿Su vida acabaría así?
El siendo controlado por un adolescente de tan solo 17 años.
¿Acaso este era su destino?
Morir en los brazos del mayor y no poder descansar en paz.
[^^]
Se encontraba en un cómodo sillón.
Estaba amarrado, sus manos estaban por arriba de su cabeza y sus pies juntos, evitando caminar.
Su boca estaba tapada con un trapo rosado, con decoración de conejo.
Quería gritar, no podía.
Temblaba, quería patear hacia el aire.
Su libertad, ya no será la misma.
De repente, sintió la presencia de alguien.
Sentía unos ojos observándolo, una respiración agitada, susurros.
Sus ojos se basaron en el más alto.
Este sostenía un bate de béisbol en sus manos.
Se agachó, para después tocar las mejillas del contrario con cierta delicadeza y suavidad.
— ¡Mhm!- Trataba de decir gritando.
— Lo siento, querido.- Fue lo único que dijo.
Para después levantarse y levantar consigo mismo el bate de béisbol.
Golpeando al menor en la cabeza y dejándole incosciente.
Si cabeza sangraba.
Lo único que pudo ver, fue al rubio con cierta tristeza.
Y una frase, que siempre recordara por el resto de su vida.
— “Es por tu bien”
[^^]
¿Cuántas veces escucharía esa estúpida frase.
No tiene sentido, siempre que le dicen eso, termina lastimado de forma física o emocional.
¿Alguna vez trataría de ver lo que en realidad es profundo?
¿Lo que en realidad el siente?
[^^]
Mientras abría los ojos, pudo visualizar un lugar oscuro.
Estaba sentado en una silla.
Sus manos seguían atadas, hacia atrás y sus pies juntos.
No podía moverse bien, si lo hacía brusco podría caerse de cara.
Sentía un líquido corriendo desde su cabeza, y un fuerte olor a metal.
Así es, su cabeza seguía sangrando, algo doloroso, aunque, evito importarle eso.
Necesitaba salir de ahí lo antes posible.
Su boca ahora estaba sin aquel trapo, podía gritar por ayuda, podía decir lo que sea.
— ¡Ayuda!- Grito fuertemente, su garganta le dolía y no le salían las palabras, es como si, fuera mudo. (Sin ofender)
¿Alguna vez has estado en peligro?, A tal punto de que no puedes decir ninguna palabra, aunque, por lo contrario, quieres salvarte y evitar morir o padecer un accidente.
Bueno, esa era lo que sentía en ese momento nuestro protagonista.
Una puerta fue abierta violentamente.
— ¡Querido!- Grito.- Al fin, abriste tus ojos.
El rubio arrastraba consigo mismo aquel bate, con el cual le había golpeado.
— ¿Necesitas algo?, Agua, comida.
Parecía como si, no supiera que el contrario estaba sangrando por la cabeza.
— S-Salir..- Susurro con cierta dificultad el menor.
— Oh, lo siento cariño.- Contesto.- No se podrá hacer dicha cosa, ¿Recuerdas lo que te dije?, Lo que hago es porque te amo y trato de protegerte.
Quería reprocharle, reclamarle.
Pero, no salían las palabras adecuadas.
No podía hablar.
— Además, Eepop trataba de alejarte de mi.- Reclamo enojado, azotando aquel objeto que tenía en sus manos.- Esa maldita perra.
Kedamono solo se asusto aún más.
¿Que pasaría si le hacía enojar?
— Sabes que es por tu bien, así que..
El rubio se acercó.
Para después besarle en los labios con cierta delicadeza.
Como si fueran los pétalos de una rosa.
Kedamono se sentía asqueado, pero, no podía salir de ahí.
— “Supongo que tendré que arreglarmelas”.- Pensó.
🍄— Capítulo corto.
30 de diciembre.
Día del cumpleaños del creador de este libro.
Esta semana, trate de subir capitulos, ya que, el 30 de diciembre no estaré disponible, respecto a lo de arriba.
Simplemente, leeré comentarios.
Gracias, por leer, darling..

ESTÁS LEYENDO
/ Cartas /
Fanfiction-¿Acaso esta mal amarte? - Preguntaba aquel rubio, mirando detalladamente a su amado. Quien solo se encontraba amarrado en una silla. -Si...esta mal. - Decía intentando ignorar aquellos ojos azules penetrantes. -¿E-Es por mi físico? - Pregunto alarm...