Final bueno.

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Después de todo..

Kedamono estaba encarcelado, no podía salir.

Simplemente, extrañaba a su madre y a su mejor amiga.

Lo único que quería era escapar de ese maniático psicópata.

[^^]

—Querido, ¿Cuál color nos queda perfecto? — Pregunto su ahora “novio”, lamentablemente.

Kedamono solo se quedó en silencio.

—¿Cariño? — Logro decir el rubio.

Kedamono solo señaló un rojo fuerte.

—Parece color sangre.. — Murmuró el mayor. — ¡Me encanta!

Aquel rubio solo abrazo a su ahora pareja.

Lo cargo hasta llegar al cuarto de ambos.

Popee solo quitó las vendas que tenía el menor.

Así es, será raro deducir que Popee le cortó una pierna a Kedamono.

Después de todo, este intento escapar.

—Cariño, no quiero que pase lo de la otra vez, así que, necesito que colabores. — Aclaro el rubio.

Solo le dió un beso en la mejilla, para después retirarse.

Kedamono solo se quitó con la mano, aquella marca de beso.

Odiaba ese estilo de vida.

Sabía que algunos querían tomar su lugar, después de todo, su “pareja” era una persona multimillonaria.
Podía traer buenos beneficios a su vida.

Pero, ¿Porque no ven la cruda realidad?

[^^]

—Popee. — Llamo.

—¿Cómo es que me llamaste? — Cuestiono con una mirada amenazadora.

—C-Cariño.. — Se le era prohibido, lo único que podia hacer era llamarlo por apodos tiernos. —Pensaba, ¿Puedo ir a ver a Onomadek?

Popee solo le miro con algo de detalle.

El rubio solo empezó a reír.

—¿Cómo la otra vez? — Cuestiono. — No,no, claro que no.

Kedamono solo miro hacia el suelo, suspiro, para después voltearse del otro lado de la cama.

Así para demostrar que estaba enojado con Popee.

—Kedamono. — Susurro su voz. — Mírame.

Le abrazo por la espalda, sus manos solo recorrían todo su cuerpo.

Kedamono solo volteo a mirarle a los ojos.

—Quiero que sepas, que no confío lo suficiente en ti. — Aclaro. — Después de todo, tu intentas escapar de diferentes formas, pero, ya te lo e dicho, estaremos juntos por siempre.

Popee solo le daba besos inocentes en el cuello.

Kedamono sabía cómo chantajearlo.

Sabía exactamente su debilidad.

—Para. — Murmuró.

Popee solo lo soltó y se dispuso a mirar la televisión que estaba presente en ese cuarto.

[^^]

Una de las reglas importantes era:

No dejar que Kedamono salga a la calle.

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