Invitados

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-Ahora, si me disculpáis. -dijo Jason despidiéndose.

Peter no me deja acercarme a él. Sabe que si me acerco acabaré matándole.

-Emma, por favor. Sé que lo que ha hecho Jason es horrible. -dijo Peter.

-Más que eso. Él es un monstruo.

-Puede. Pero la muerte no tiene solución, si lo matas, puede que te arrepientas toda tu vida.

-Me da igual.

-Emma, ¿estás bien? -dijo Lauren que se acercó a mi.

¿Que si estoy bien? ¿Como voy a estar bien?

-No, no estoy bien.

-Bueno Emma. Espero que no cometas ninguna estupidez. Voy a volver con Jason. -dijo Peter antes de irse.

-Tranquilo lo que haré no será ninguna estupidez. No te preocupes.

Sabe perfectamente a lo que me refiero. Me da igual lo que me digan, ahora mi único objetivo será vengar el asesinato de mi padre.

-Emma, lo siento. -dijo Angie que se habia acercado junto a Eric.

-Yo también lo siento Emma, tu padre era un buen hombre. -dijo Eric.

-¡Dios mío! ¿Que ha pasado aquí?

Al escuchar esa dulce voz me dí cuenta de que era Ashley. Y a su lado estaba Robert, que estaba atónito, viendo el cuerpo sin vida de mi padre.

-Ha sido Jason. -dije reprimiendo un sollozo. -Robert quiero que me digas como sabias que Jason era así, tan malvado.

-Verás yo...estuve durante una temporada en la cárcel. Allí conocí a un tipo que se llamaba Josh, al principio parecía ir con buen rollo, pero luego me la jugó pero bien. Allí conocí a más gente así, y la verdad, aprendí a reconocer cuando alguien interpreta un personalidad falsa. Jason lo ha hecho todo este tiempo. -afirmó Robert.

-¿Has estado en la cárcel? -dijo Ashley consternada.

-Sí. -respondió Robert.

-¿Por hacerle daño a alguien? -preguntó Angie.

-No. No soy un asesino. -dijo Robert.

-Por eso nos advertiste que no viniéramos, ¿verdad? -pregunté.

-Así es. Si os preocupaba William, os puedo asegurar que las personas como Jason son impredecibles y eso las hace mucho mas peligrosas.

-Entonces, ¿no hay nada que podamos hacer? -preguntó Ashley, quien parecía afectada por la muerte de mi padre.

-No lo desafiéis, si lo hacéis, perderá la cabeza y puede que os haga daño. Si quiere control, habrá que dárselo.-advirtió Robert.

¿No desafiarlo? ¿Dejar que lo controle todo? Jamás.

-Y si quiero matarlo...¿que me aconsejas? -dije desafiante.

-Te aconsejo que no lo hagas. Si hubiera gente que te ayudase, puede que tuvieras posibilidades. -dijo sabiendo que nadie se atreveria a ayudarme. Seguramente todos piensan que es una misión suicida.

-Yo la ayudaré. -dijo Lauren.

-Y yo. -dijo Angie.

-Gracias, pero no quiero que arriesgueis vuestras vidas por mi, lo haré sola. -dije.

-Hola. -oí a alguien decir detrás de nosotros.

¿Quien es? Esa voz no me resulta familiar.

-Hola mi nombre es Dylan y este es mi tio, Scott. Os hemos seguido. -dijo el chico.

El principio del finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora