Hasta Que El Sol Se Esconda

Capítulo 8: Arrastrando El Poncho

_ ¡Hola Tomás! ¡Tanto tiempo! _ dijo Reymundo mientras se acercaba con Cala al nuevo.

 _ ¿Esto no es una broma verdad? _ quedó viendo a Manú y este negó.

_ Trae a tu esposa para que chacharemos con un tecito y nos pongamos en contexto en todo _ dijo Cala muy entusiasmada.

_ Amm ya… Wao, aún no me la creo, voy de inmediato _ Manú activo la radio y dijo.

_ Kilian, quiere volver por su esposa Tomás.

_ Bien _ volvió hacer aparecer la entrada en el mismo lugar que antes y Tomás sacó la cabeza.

_ Cariño, están Cala y Reymundo aquí ven no más _ dijo con una gran sonrisa Tomás y le tomó la mano a su mujer haciendo que pasara más segura.

_ No puede ser, son ellos jajajaja ahhh tanto tiempo querida ¿Cómo te ha tratado la vida Cala?

Los amigos siguieron conversando y Manú volvió al almacén para convencer a la familia que quedaba.

_ Hola otra vez _ saludó Manú _ ¿Quieren pasar?

_ Aún dudamos ¿Estaremos seguros? _ preguntó Lucía.

_ Si, estarán seguros, el abrigo lo puedo controlar yo no más y siempre quiero cuidar a mis tíos así que en el caso el cual espero que nunca pase, llegase a entrar un Jelly puedo hacer que muera inmediatamente, así que tu familia estará bien.

_ Entonces yo creo que será mejor entrar _ dijo Martín y Lucía asintió.

_ Genial, yo los guiaré hasta el lugar que se van a quedar, les sugiero que no pierdan conexión con las personas que estaban en el almacén y con mis padres, así si necesitan algo ellos se los puede dar.

_ Gracias, de verdad.

Pasó primero el señor luego estiró los brazos para que pase el niño y al final pasó Lucía mientras Manú la aseguraba también en lo hombros, Manú les presento sus padres y donde se iban a alojar, después volvió donde el almacén para estar con Kilian, pero ya no estaba, solo estaba el abrigo colgado al revés para que saliera sin problema, Manú extrañado tomó el abrigo y salió del lugar, se encontró de inmediato con Kilian.

_ ¿Qué haces? _ Manú trató de iniciar una conversación.

_ Un portal _ contestó frío Kilian.

_ ¿Qué te hizo enojar? _ cruzó los brazos esperando una mala respuesta.

_ Me enojo la pelea que tuvimos después de que maté al infectado _ dijo Kilian mirándolo fijo y serio _ Y más encima no estábamos seguros porque no sabíamos si había algún Jelly rondando aún _ Manú miró a otro lado y suspiró.

_ Lo siento Kilian, solo quería ayudarlo.

_ Yo también quería ayudarlo, pero debió haber avisado antes su presencia, al contrario estando tan encima da a pensar que nos quiere hacer algo y eso lo pone en defensiva inmediatamente.

_ Si… Tienes razón _ Kilian se estaba relajando y suavizó un poco el tono.

_ Manú, primero tenemos que buscar un científico o alguien de la salud para que nos ayude a curar a la gente, pero nosotros no podemos, no tenemos los estudios que tienen y menos la experiencia que les ayuda a saber cómo tratar, tu y yo servimos para sacar ideas, pero no para hacerlo por nuestra cuenta ¿Me entiendes? _ ya no estaba enojado Kilian, pero no sabía como se lo iba a tomar Manú

_ Si… Si entiendo _ Manú quedó bajoneado y Kilian se acercó para tomarle un hombro.

_ Manú…  Lo siento, es la verdad, se que no es fácil aceptarlo, pero tienes que meterte en la cabeza que eres una rata de dos patas _ Manú lo quedó mirando perdido.

_ ¿Qué? ¿Qué tiene que ver?

_ Nada _ dijo mirando a otra dirección y haciéndose el leso.

_ ¿Entonces por qué lo dijiste?

_ Porque estábamos tan serios y tu cabizbajo que se me ocurrió romper ese ambiente con una estupidez.

_ Tu… Jajajaja eres muy estúpido.

_ Si, lo sé jajajajaja ya ohhh, ven a ayudarme con este portal.

_ ¿Y para qué es este portal?

_ A verdad, no te dije, este portal servirá para la gente que llegue después de que nosotros pasamos entonces así podrán llegar al mundo del abrigo igual.

_ Buena idea hermano, tú lo haces aquí y yo lo hago en el mundo del abrigo así será más rápido.

_ Gracias viejo.

Pasaron un par de horas ya era hora de almorzar, los hermanos ya habían terminado el portal y entraron al mundo para comer comida casera que tanto extrañaban en prisión, el olor era tan rico que llamó al pequeño de la familia Sáez junto con sus padres y hasta atrajo a la pareja del almacén a la casa, la mesa estaba totalmente ocupada, Reymundo y Cala tan felices de tener tantos invitados servían con gusto y todos comían con ganas.

_ Está exquisita la comida Cala, te felicito _ dijo Tomás.

_ Si, esta maravillosa _ apoyó Lucía.

_ Gracias y eso que no han probado el postre.

_ ¿Qué es mamá?

_ Tu favorito, brazo de reina _ una gran sonrisa junto con ojos brillantes se abalanzaron contra Cala para abrazarla.

_ ¡Gracias eres la mejor!

_ Jajajajaja no es para tanto cariño.

_ Oye Kilian ¿Encontraste a la doña Marta? _ cambió de tema Reymundo.

_ Sí tío, estaba en el suelo infectada con un charco de materia negra en la cara y estaba en la última etapa, no pudimos ayudarla.

_ ¿Quién era ella? _ preguntó Martín.

_ Ella era la curandera del pueblo, su casa era la enfermería _ le respondió Cala y Tomás siguió hablando.

_ Si, de hecho por eso es que ella fue infectada, al ayudar al carpintero, su esposa y su aprendiz que estaban infectados, obviamente nadie sabía qué pasaba en ese momento porque al principio solo veíamos cosas raras en el bosque, pero eso es normal, hasta que vimos correr espantados al carpintero y su acompañante, según ellos habían visto una sombra gigante que había abrazado de forma agresiva al carpintero, después de como 2 o 3 días se quedó en la enfermería de la doña Marta el señor y decían las malas lenguas que él vomitó algo negro y espeso encima del aprendiz y su esposa cuando lo fueron a visitar y desde ahí que ambos cayeron enfermos, hasta que el carpintero se escapó de la enfermería y pedía ayuda paranoico en las casas y siempre en la noche, ensuciaba todo el tiempo con la cuestion negra que botaba hasta por las orejas, hasta que vieron convulcionar al caballero en el suelo y la gente lo fue a ayudar, pero explotó saliendo del cadáver unas cositas gelatinosas que tomaban algo blanco y se acercaban a la gente, subían hasta la cabeza y hacían toser a la gente, algunos trataban de vomitarlo, pero no resultaba y se encerraron rápido a sus casas, al día siguiente en la noche llegaron estos cabros_ señaló con la cabeza a la familia Sáez _ Pero llegaron para ver la peor parte no más, todas las personas se fueron al tiro donde la doña Marta y había una inmensa fila afuera porque adentro de la casa estaba llena, yo con Emma estabamos atendiendo a la familia cuando escuchabamos como si algo pesado se estaba arrastrando y de pronto escuchamos gritos en la enfermería, salí para ver qué pasaba y me encuentro con con un monstruo como de 3 metros, tenía forma como de un hombre masiso que tenía dos hoces gigantescas, una en cada mano, tenía ropa, pero igual no se veía nada, no era una persona normal e iba caminando lento mientras rajaba las casas con una de sus hoces.