Hasta Que El Sol Se Esconda

Capítulo 17: Papeleo

Cuando estábamos llegando vimos a Izaro sentada en una banca larga de madera que estaba afuera de la inspectoría, para darnos nuestro espacio. Ella con los ojos rojos y con una gran sonrisa extendió los brazos hacia Reymundo, él aceptó el abrazo fuerte aún emocionado, después ella me abrazó también y nos dijo.

_ Que les vaya bien adentro _ miró la puerta y nos volvió a ver _ Yo los esperaré aquí. 

_ Gracias hermanita _ ella se volvió a sentar, Reymundo tocó la puerta y se escuchó una voz de mujer.

_ Adelante _ mi esposo y yo entramos a la oficina y vimos a una ángel ya mayor de edad, sentada en su escritorio y rodeada de papeles _ Buenas tardes, me llamo Olga del Carmen ¿En qué les puedo ayudar?

_ Buenas, queremos adoptar _ dije y ella nos hizo una seña con la mano que nos invitaba a sentarnos la cual obedecimos y preguntó.

_ ¿Qué angelito sería?

_ Manuel _ respondió Reymundo mientras Olga buscaba en una carpeta grande.

_ Manuel… Aquí está, es un niño con una excelente conducta, es muy educado y amable _ dijo mientras nos pasaba el informe de Manú.

_ Si, ya hemos hablado bastante con él _ respondió Reymundo viendo la foto de Manú en el informe y la devolvió.

_ Bien, entonces iniciando la adopción es necesario especificar que nosotros tomamos la decisión de dejarlos a cargo del menor o no, para eso deben pasar las pruebas de paternidad que son exámenes psicológicos, estado del hogar e información necesaria del o los cuidadores, todo este proceso puede demorar al tener que atender más casos de adopción, como podrán ver aquí _ dijo señalando con su mano huesuda todos las carpetas y papeles en su alrededor _ ¿Hasta ahora tienen alguna duda?

_ Se entiende todo _ dije mientras veía a Reymundo, el cual asentía apoyándome.

_ Entonces sin más vueltas quienes firmen este papel serán los cuidadores y tendrán que entrar a la fila de espera para las pruebas, en el caso de que si no logran aprobar, podrán visitar al menor si lo autoriza, pero se tendrá que quedar en el orfanato hasta que una familia apta lo adopte. Si después de entender todo y aún quieren adoptar deben firmar ambos ahí, ahí y aquí _ fue señalando los lugares y nos pasó un lápiz pasta.

_ Eso si es necesario contar algo que pasaba mientras ustedes estaban hablando con la directora _ explicó Manú mientras Reymundo estaba sacando los platos de la mesa.

En el orfanato me hacían bullying por mi poder ya que era inútil en ese entonces, había un grupo de matones quienes molestaban y a pesar de la cantidad de veces que los retaban seguían molestando al resto de ángeles del orfanato, porque tan solo Roberto; el líder, era el niño más grande en cuerpo del colegio y se creía superior por eso, por lo tanto, cuando yo fui a mi cuarto ellos también llegaron.

_ Hola inútil _ dijo el líder mientras los otros dos matones se pusieron uno a cada lado, yo suspiré y respondí.

_ Hola Roberto… Por favor no me molestes hoy, estoy de buen ánimo…

_ No le digas qué hacer al jefe _ dijo uno de los acompañantes y sujetó mi pelo, tirandome la cabeza atrás.

_ ¡Hey! ¡Yo quería hacer eso! _ dijo Roberto empujando a su secuaz con el antebrazo, haciendo que me cayera.

_ ¡Lo siento, lo siento! _ dijo el matón tratando de taparse la cara con las manos mientras Roberto le tenía agarrada la polera con una mano y la otra la tenía empuñada.

Yo pensé que era buen momento para escabullirme, traté de ir lo más desapercibido posible a la puerta, pero el tercer matón se dió cuenta.

_ ¿A dónde vas? _ me sujetó de mi polera por el cuello y me tiró de vuelta al lado de Roberto.

_ ¿Acaso te ibas a escapar? _ me habló el más grande _ ¿Para qué? Si igual te voy a encontrar… _ se acercó más a mi y mirándome a los ojos me dijo _ Sabes que eres indefenso, débil, inútil, no vale la pena que te escapes _ agaché la cabeza aguantando la impotencia y uno de los secuaces se burló.

_ Uy el bebé quiere llorar…

_ Cállate… _ respondí murmurando mientras empuñaba mis manos.

_ ¿Qué dijiste débil? _ preguntó Roberto.

_ Que se calle.

Dije con mucho valor mirándole a los ojos de Roberto y vi cómo me iba a dar un puñetazo, me agaché rápidamente escapando por un espació pequeño que dejó Roberto y uno de sus acompañantes que estaba a su lado, pasé entre sus piernas, al tercer bravucón lo empujé con todas mis fuerzas botándolo, logré abrir la puerta lo más rápido posible y corrí a inspectoría para acusarlos, ahí me encontré con la Tía Izaro.

_ ¡Señorita Izaro ayúdeme por favor! _ dije muy agitado y ella se levantó para acercarse. 

_ ¡Wow! ¿Qué te pasó? _ me dijo mientras se agachó y me sujetó mi hombro para verme, yo aún recuperando mi aliento le expliqué lo sucedido.

_ Eso no puede ser, ve a acusarlos si es que es ayuda en algo…

_ Los alejaran de nosotros, los enviarán a dormitorios diferentes con supervisión de una inspectora bastante estricta cuando nos toque clases, así que por una semana el orfanato descansará.

_ Wao ¿No sería mejor que hicieran eso desde antes? _ me encogí de hombros y ella me quedó viendo _ Bueno, entonces hay que buscar a esa inspectora para que los castigue de inmediato.

_ Hay que ir a su oficina _ dije apuntando con el pulgar.

_ Ve a su oficina, yo voy a hablar con la directora.

_ ¿Qué hará señorita Izaro? _ dije un poco preocupado.

_ Tú tranquilo ¿Si? Ve a hablar con esa inspectora y ayuda a tus compañeros.

Yo asentí gustoso por la idea de ayudar al orfanato porque era un dolor de cabeza ese grupo, la Tía Izaro tocó la puerta, se escuchó que la directora dijo adelante y ella entró, en ese instante fui a hablar con la inspectora.

Claro, nos terminó de dar las indicaciones de dónde firmar, nos pasó el lápiz pasta y en ese momento tocaron la puerta, Olga había dejado pasar a Izaro.

_ Buenas tardes, soy Olga del Carmen ¿En qué le puedo ayudar?

_ ¿Usted sabe que hay Bullying en esta escuela? _ Izaro preguntó estando parada muy firme.

_ No… ¿Cómo podré saber eso? _ dijo tratando de despistar.

_ Usted es la directora ¿No es así? _ Izaro hablaba firme, no agresivamente, pero igual daba miedo.

_ Así es… _ cruzó los brazos y frunció el ceño, Izaro se acercó un poco más al escritorio y siguió.

_ ¿Entonces cómo no sabe que hay bullying en este colegio si usted debe dar un clima escolar óptimo y mucho más si hay un orfanato aquí?

_ ¿Acaso me está diciendo qué tengo que hacer? _ preguntó de una forma déspota Olga e Izaro le respondió aún firme.

_ ¿No lo sé? ¿Es necesario recordárselo para que se haga cargo del problema?

_ ¿¡Y usted quién se cree para llegar y decirme qué hacer!?