Capítulo 5

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Estando en los baños me acerque a los lavabos, los cuales eran como una media luna a fuera de estos, fingí lavarme las manos mientras lo veía pasar, luego me pegue a las personas que caminaban por ahí, y estando un poco alejada lo escuché hablar, era el chico de los libros, ¿En serio todo este tiempo iba a clases en la misma escuela que Manuel?

En algún momento lo perdí al llegar a la cafetería y yo también estaba perdida, no vuelvo a seguir a nadie sin prestar atención, regresaba por mis pasos cuando mi celular sonó, era un mensaje de Manuel que decía que iban a la clase de uno de ellos, que sí quería acompañarlos o quedarme con las chicas, creo que saben mi respuesta.

Me dijo que lo veía en el K porque tocaba biología, no tengo idea de dónde quedaba, así que solo seguí las letras y de alguna manera llegué ¿como se le ocurre no decirme exactamente donde estaba?. Los chicos estaban afuera.

—¿A dónde fuiste? —preguntó pasando su mano alrededor de mis hombros.

—Vi al chico de la librería.

—¿Dónde? —dijo mirándome.

—Lo perdí en la cafetería, iba de catrina, pero lo reconocí por la voz.

—Eso quiere decir que llevo mucho atendiéndolo, ¿No?

—Exacto —los chicos comenzaron a entrar y nos dejaron sentar en una de las mesas de la esquina, él y yo estábamos del lado de la pared, así no los molestabamos en clase.

Su maestra resultó ser buena y nos dejó quedar, también nos dio dulces como a los demás y en general la tarde ocurrió sin problemas, en su siguiente clase los chicos se terminaron de maquillar, mientras que el profesor los puso a actuar cosas improvisadas, nosotros por ser de fuera los calificamos y al término todos fuimos a una parte de la escuela que es el auditorio, tenían música, todos bailaban, algunos chicos sacaron botellas, le di solo un par de tragos porque aun sentía los efectos del cigarro y nunca tomo drogada.

La noche iba bien, hasta que ahora sí tuve que ir al baño, una de las chicas, se llamaba Karla, me acompañó para no perderme y una vez estando afuera esperándola, volví a ver al chico, estaba tomándose fotos con unas chicas afuera e iba con otro chico que tenía el disfraz de Wybie, cosa curiosa. Aunque aún más curioso lo que pasó después, ya que se acercó cuando estaba mandando un mensaje a Manuel para que fuera a dónde estábamos.

—Hola —dijo el chico enfrente de mí.

—Hola —conteste un poco incómoda.

—Creo que no me recuerdas, pero, soy Lucas, te conocí en el metro —claro que sé quién eres, no he dejado de pensar en esa noche, pero claro que era porque quería preguntar por tus dibujos y no porque tú roce me desconcertó y tu voz sonaba como melodía hecha en el cielo.

—El que olvida su mochila en el vagón.

—Exacto, no sabía que ibas a esta escuela.

—¡Oh no!, yo voy en una privada, vine porque un amigo me invitó solamente —dije rápidamente y él se puso nervioso, antes de contestarme llegó Manuel que al mismo tiempo salió Karla del baño.

—Estoy aquí, ¿Tan rápido me cambias? —Eso nos puso aún más nerviosos.

—¿Qué? no, Manuel él es Lucas el dueño de la mochila.

—El mundo es pequeño, hola —lo saludó haciendo una reverencia.

—Hola.

—¿No quieres acompañarnos? nuestros amigos están en el auditorio —dijo Karla.

Cuando la muerte me sonrió (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora