Hay veces que despertamos y es muy fácil desprenderse de las cobijas, levantarse, cambiarse, hacer la cama, tal vez estudiar, leer o ejercitarse un poco e ir directo por el día que nos espera. Aún así, existían días donde no, donde el despertar es pesado y el pensarlo nos hace saber que realmente no será un día tan bueno, es probable que se nos haga tarde para ir a nuestro destino, que nos manchemos la playera con pasta, que se acaba el gas o el agua mientras nos bañamos, e incluso que olvidemos alimentarnos.
A veces puede ser todos los días, pero aún así debemos seguir, porque la vida no se detiene ante nada ni nadie, el tiempo no se apiada porque te sientes mal, no va a detenerse solo porque necesitas una pausa dentro de él, solo seguirás atascado con una puerta mientras los demás siguen, pero nada se va a detener. Por eso seguimos, no queremos quedarnos atrás y menos a tan poco tiempo de terminar algo, no queremos echarlo todo a perder solo porque no queremos salir de la cama.
Ese a veces es hoy, un hoy que ocurre todos los días desde hace casi nueve años, un hoy el cual no sé cómo inició y mucho menos cómo terminará, solo sé que hoy es de esos días que no quiero asistir a la escuela, no quiero bajar a desayunar y mucho menos salir de la cama, pero Loki logra convencerme de levantarme.
Rasca la puerta hasta que me paro y le abro, pero no sale, solo se sienta mirándome como si buscará la respuesta a una pregunta no formulada, me miró con esos bonitos ojos de perro que exigen un premio a su niño buen comportamiento y accedí a su petición no elaborada. Me cambié mi pijama por un Pans negro que encontré al fondo de mis cajones, agarré mi cabello como pude, mis tenis para ejercicio y encontrando la correa lo seguí piso abajo.
El día aún no despertaba, los primeros rayos de luz empezaban a salir por el horizonte y dentro de la casa solo los trabajadores comenzaban su día, afuera lavaban las camionetas, adentro preparaban los desayunos y yo poniéndole la correa a Loki, deje que me guiará a donde él quisiera. Pasamos casa por casa hasta un parque del que hacía mucho había olvidado su existencia.
Deje que Loki se divirtiera todo lo que quería, aún era un cachorro y tenía energía de sobra, yo lo veía sentada en el pasto, arrancaba un poco y lo hacía nudos para después dejarlo, él corría y saltaba, iba con otros perros que estaban por ahí e incluso un momento se dejó acariciar por un bebé que iba pasando con su mamá, apenas caminaba y la imagen de ambos fue demasiado tierna, hubiera querido tomarle una foto pero hasta ese momento descubrí que no llevaba teléfono, ¿Qué tanto debía estar alguien en así cabeza para olvidar su mundo? Al parecer yo, vaya ironismo.
Me quedé por mucho tiempo en aquel lugar, vi pasar personas corriendo, niños pasando rumbo a la escuela, abuelos yendo por el periodico, personas con sus mascotas y puestos de comida alzándose poco a poco. El sol duró menos de lo que me hubiera gustado, pronto las nubes cerraron el cielo y fue tiempo de regresar.
No tengo ni la menor idea de porque no corri, solo deje ser a Loki y que me guiará de regreso, pero no tuvimos tanta suerte y a la mitad de camino la lluvia comenzó a caer, cargue a Loki y comencé a correr con él en brazos, calle tras calle, charcos que mojaban mis zapatos y la lluvia que empapaba cada parte de mi ropa, faltaban un par de calles cuando un coche se estacionó a mi lado, bajó la ventanilla y la abuela de Mia se asomó tras esta.
-¿Ahora te bañas bajo la lluvia? - pregunto divertida, abrí la puerta y me invitó a subir, la lluvia se incrementó y no me negué -. Vayamos por un cafe.
Pronto estaba sentada en su sala con una taza de café caliente, ropa seca y un Loki envuelto en una toalla mordiendo, la foto de Mia me miraba sonriente, quería levantarme y bajarla para no verla y sentirme culpable por llevar su ropa, me quedaba pegada, sigo sin entender el porque éramos amigas si hasta en la ropa éramos distintas.
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Cuando la muerte me sonrió (Terminada)
Ficção AdolescenteMe siento tonta haciendo esto, incluso más usando la palabra "tonta", suena infantil, no suena a mí pero ella insistió en qué debía ser lo más educada posible contigo, dice que puedes ayudarme pero yo no quiero ayuda, yo no quiero que te sientas y m...