in the parks ➵ ʙᴛs;; jjk [✔]

O19

El ruido del teléfono sonando hizo que la castaña abriera sus pesados ojos cansados, estiró el brazo para tomarlo, atendió mientras se removia entre las sábanas, pero un brazo en su cintura le hizo imposible levantarse. Lentamente comenzaba a tomar conciencia sobre lo ocurrido la noche anterior, lo confirmo después:

—¿Hola? —dio la vuelta, encontrándose con el angelical rostro del menor, con su mano libre corrió algunos mechones de su rostro. «Lindo.» pensó, con una respiración tranquila, pero sin querer dejarla ir.

—JiSul, ¿Estas mejor? —era su Abuela, preocupada luego de haberla visto irse de esa forma en lo que era una cena familiar.

Ahora, se sentía culpable por su primo y su prometida, les habrá arruinado la noche solo por un enfrentamiento con sus inconformistas padres. Emitió un suspiró antes de contestar.

—Estoy bien, lamento todo lo que cause. ¿Sucedió algo después de eso?

—Nah, tu primo se rió y su prometida también. Pero tus padres se fueron, se mostraban muy molestos, sería mejor que ustedes arreglen lo que sea que haya pasado.

¿Hablarlo? Por más que intentaran hacerles entender que ella ya era una mujer adulta, cada vez más cerca de sus treinta, ellos podrían seguir pensando que tienen el derecho de mandar en lo que hace o no hace. Cuando era joven no podía pasar un día sin correr ese interminable maratón que debía ganar contra sus expectativas, desde pequeña se sometió a actividades extras con total de verlos felices. Entró a la Universidad en una carrera que tal vez no era la esperada, pero que le gustaba mucho, se graduó con honores, esperó sonrisas con felicitaciones. Lo que obtuvo fue «De todas formas no era tan difícil, lo menos que podemos obtener son méritos extras.»

Es doloroso para ella no ser un orgullo.

Quiso llorar nuevamente ahí mismo, en los brazos de... ¿Su amigo? Lo que sea JungKook en su vida.

—Lo intentaré. —respondió tras una pausa, acomodándose en el pecho del joven.

—Cuéntame un poco, ¿Lo hicieron? —el insinuante tono de voz de la mayor hizo que chillara con pena.

—No hablare de eso, Halmoni. Adiós.

—¡Pero somos amigas! —le gritó antes de colgar.

Dejó el móvil a un lado mientras cerraba sus ojos, oliendo el suave aroma que caracteriza al Jeon, una mezcla entre colonia de bebés y Forment Signature, un perfume que reconoció e hizo que su nariz se arrugara con desagrado. Sujetó la mano del chico y lo obligó a levantarla para asi irse al baño, desnuda. Estando a punto de abrir la puerta, murmuros atrás suyo la hicieron girar.

—¿Hhm, por qué te vas? Pensé que estábamos cómodos juntos.

¿Cómo decirle que ese perfume que esta impregnado en su piel la hace tener nauseas por una simple y absurda razón? Fingió una sonrisa, avanzando a la cama, gateando se acercó hasta ser sujeta por él.

Cuando intentó besarla, se alejó.

—No me cepille los dientes.

—Yo tampoco, no importa.

—Iugh, paso. —negó— Te haré el desayuno una vez me  bañe.

—Deja lo hago yo. —se levantó, tomando su ropa interior del suelo.

Sorprendida observó como buscaba algo dentro de sus pantalones.

—Primero iré a comprar un cepillo de dientes.—rió, tímido.

—Ah, yo tengo uno nuevo en el segundo cajón a la izquierda.

—¿Tienes cepillos de más cada vez que alguien duerme aquí? —arqueo su ceja con burla.

—Es evidente, dulzura. —lo siguió al baño, ella abrió la regadera y él buscó un cepillo— Aunque puedes sentirte especial, hasta el momento no dormí abrazada con ninguno.