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O23

—¿No fuiste a trabajar?

—Quise ayudar a Nadjela con su documentación, pero ya termine. ¿A dónde quieres ir?

—Hhm...—redució la velocidad del auto— no sé. —el chico rió suavemente de la otra línea— Tal vez podrías guiarme tú, estoy a dos calles de tu Edificio.

—Bien, ya mismo salgo. —colgó la llamada, JiSul quiso guardar el movil en su bolsillo, pero entonces cayó en la cubierta, gruñó.

Observó la carretera, no había nadie lo suficiente cerca para ser peligroso, desabrochó su cinturon de seguridad para inclinarse levemente y tomar el teléfono, sin percatarse que otro vehículo se le acercaba. Un conductor ebrio que no pudo esquivar al auto que se le 'atravesó' en su camino insulto al aire, mareado giró el volante, más, ya era tarde. Cuando Im subió su cuerpo en solo segundos, las luces la habían cegado, un impacto brutal provocó que ambos carros dieran vueltas por la calle antes de volcarse.

Las pocas personas que transitaban por alli gritaron horrorizadas, el golpe fue tanto que los dos terminaron en pésimas condiciones, movimientos de un lado a otro que JiSul no sentía debido a la contusión.

Su cabeza se estrelló contra en volante, haciendo que perdiera la noción, sangre bajó por la herida, los cristales estallaron y se incrustaron por la piel expuesta.

( ... )

El Jeon suspiró, con las manos ocultas en su abrigo ligero, se movía de adelante hacia atrás en su lugar, balanceándose con sus pies. Llevaba al menos diez minutos esperando a la mayor, ella le había dicho estar a unas dos calles, así que no entendía su tardanza, marcó su número unas incontables veces, pero no había caso. Volvió a ver la hora en su teléfono, ya casi las diez.

Cuando estaba por volver a marcarle, las cirenas de policías y ambulancias hicieron que se detuviera, iban a las calles continuas. Curioso, pues no muchas veces se veía a los servios públicos por allí, camino hacia la otra calle, doblando para ver que sucedía.

Notó a un bulto de personas amontonadas al rededor de dos vehículos volcados, muy dañados. La ambulancia paro allí, de prisa bajaban los enfermeros.

Se acercó más, hasta que vio una melena castaña conocida.

—¡JiSul! —con el corazón apretado corrió hacia allí, viendo como era subida a una camilla especial—¡E-Esperen, ¿Qué está sucediendo?!

—Señor, no puede acercarse. —un policía lo retuvo.

—¡Es mi amiga!

—Ella será llevada a urgencias, no se preocupe. No hay daños severos.

Otro hombre mayor era atendido, no parecía muy grabe, solo mareado y con marcas en su piel, rasguños que tal vez quedarían con marca. Cegado de la furia avanzó hasta él, lo tomó por la camisa e intento que lo viera a los ojos.

—¡¿Qué hiciste?!

—Y-Yo... no lo sé, no se movía del camino y me enoje... —sus palabras fueron calladas por el puño de JungKook en su rostro.

—¡Señor, debe irse! —lo tomaron por los brazos entre dos.

—¡Bastardo idiota!

¿Cómo era posible que en solo minutos tanto haya sucedido? Si hacia no mucho estaba planeando una cita con ella, ¿Qué le sucedería? Estaba preocupado, demasiado.