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EPÍLOGO

CINCO AÑOS DESPUÉS

JungKook repasó cada palabra escrita en la palma de su mano, jamás en su vida estuvo tan nervioso como en esos momentos. Durante los últimos meses estuvo replanteandose algo, y es que, luego de unos cinco años de relación con JiSul, las preguntas de: '¿Cuándo piensan formar una familia?' No se hacen esperar, son habituales desde algún tiempo. Lo que provoca una inquietud en el muchacho, y lo hizo pensar demasiado sobre si estaba listo para aquello. Había cumplido veintiocho años, tiene una carrera estable en una agencia prometedora.

Vive con la mayor desde hace un año, ¿Qué diferencia hay? Casados o no, ellos seguirán siendo los mismos. O al menos así pensaba hasta días antes, ingreso a su apartamento compartido con ella luego del trabajo, sin tenerlo planeado pudo escuchar las palabras de la femenina. «Me gustaría casarme.» ¡Maravilloso! Entonces, si ella está de acuerdo, ¿Qué es lo que retiene la propuesta? Es él mismo, no cree estar preparado.

Fueron días difíciles donde no supo como actuar frente a ella, los nervios de verla a los ojos le hacían pensar que era una gallina. Al final, escuchar la forma en que su novia le decía buenas noches y besaba sus labios antes de dormir fue suficiente. Ella era la indicada desde el primer día que la conoció.

—Bam, ¿Estas listo? —preguntó al canino, él le ladró en respuesta. Si Bam decía que sí, ya estaba hecho.

Entró a la Clínica, un lugar para nada romántico ante los ojos de los demás, pero importante para JungKook, caminó hacia la recepción. TaeHyung suspiró al verlo entrar con su peludo amigo.

—¿Ahora qué?

—Tengo una cita, genio. —espero a que el castaño buscara en la computadora para que luego girará sus ojos con molestia.

Era habitual ver al Jeon allí queriendo congeniar con su novia, así almorzaba pocas veces juntos.

—Pasa ahora. —dijo.

Un entusiasta joven camino con su corazón latiendo a toda prisa en su pecho, trago saliva antes de querer tocar la puerta. Inhalo, queriendo levantar su mano para tocar con sus nudillos, pero ya había sido abierta. JiSul lo observó con una sonrisa en sus labios rojos.

—Ni un segundo tarde, tonto. —los dejo pasar viendo como Bam subía al lugar de siempre— Dime, ¿Qué es lo...—al querer girar y así verlo a la cara, sus ojos rápidamente quedaron inmóviles junto a todo su cuerpo— ¡¿Eh?!

Frente a ella, su novio tenía un anillo, de rodillas y frente sudorosa JungKook no disimulaba sus nervios.

—J-JiSul noona, ¿Q-Quieres casarte c-conmigo?

No podía creerlo, parpadeo dos veces, ¿Es real o sigue en uno de esos sueños donde él es romántico como en las películas? Cualquiera que sea, cayó frente al pelinegro e intentó hablar sin temblar de la emoción.

—Joder, yo... —cubrió su rostro— ¿Es verdad? ¿Quieres casarte?

—¡Claro que quiero! Quiero ser el Señor Im.

—JungKook, yo sería la Señora Jeon.

—Pero quiero ser...

—Bueno, no importa. —suspiró— Estoy muy feliz.

—Tenía miedo de que digas que no, ya veo que ambos lo queríamos.

—Honestamente, si no me lo proponias este año lo iba a hacer yo.

—¿Tendría que haberlo hecho en un restaurante o...

—¡No! —negó— Así es perfecto. —Bam había bajado de la camilla para colocarse a su lado, con su cabeza se metió en medio de ellos dos— Con este bebé que ya no es tan pequeño es perfecto. —acaricio su pelaje— Contigo es perfecto. —y beso sus labios.

Era tal como quería.