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O22

Al día siguiente de haber estado con JungKook en su apartamento, –donde pasaron todo el día juntos en la cama mientras afuera llovía— JiSul volvió al trabajo con una enorme sonrisa en sus labios. Su buen humor había asustado a más de uno, SooBin y TaeHyung la observaban como si se tratara de un doble que fingía ser ella, asustado no podían detener sus miradas curiosas en cada cosa que hacía. Había pedido amablemente un café a su asistente, e incluso le instruyó los pasos para una cirugía a su aprendiz, todo eso fue hecho con paz.

Algo demasiado extraño para el Kim, ¿Qué hizo tan feliz a su jefa? Una mujer que tiene mayormente el ceño fruncido al caminar y un humor de perros rabiosos. No tiene dudas de que hay un responsable.

—Ella me esta asustado, Hyung.—el castaño bebe de su café mientras la ve hablando con un hombre que llevó a su conejito— Noona jamás es suave, ¿Y si los extraterrestres la secuestraron y dejaron un clon en su lugar?

—No, es peor que eso.—entrecerró sus ojos— A JiSul noona le gusta alguien.

—¿Eh? ¿Cómo es eso posible? —parpadeo sin creerlo— ¿Tiene sentimientos?

El muchacho ladeo la cabeza de un lado a otro, dudando de sí eso sea cierto, a veces la femenina le da la impresión de ser alguien fría, otra veces una persona que sufre en silencio. Cualquiera que sea, sabe que esa sonrisa que no se quita de su rostro es debido a un joven.

—Solo cuando se trata de Jeon JungKook.

—¿El chico de los tatuajes y perro enorme? —su mayor asintió, haciendo que jadeara con sorpresa, ¿Qué tiene ese chico tan corriente para encantar de tal forma a su jefa? Pensó por mucho tiempo que ella prefería a las mujeres, o simplemente le gusta estar sola— No sabía que eran pareja.

—No sé si son pareja.—levanto sus hombros— Debería investigar más para... ¡Oh, ahí viene! —susurró chillando.

Para fingir que hacían algo en vez de parlotear empezaron a leer algunos papeles médicos sobre los animales que transcurrían la clínica. JiSul solía enojarse si los ve haciendo nada, les gritaba que eran unos holgazanes, les generaba miedo.

—¿Qué hacen? —se acercó curiosa, tomando un portafolio del escritorio de la recepción.

—Nosotros... hablábamos de lo famosa que es la Clínica en estos días.

—¡S-Sí! —asintió el menor— Lo está haciendo muy bien, noona.

—Es gracias a ustedes, chicos. —los jóvenes tocan sus corazones con ternura, palabras dulces nunca salían de ella, así que era importante— En fin, esta ha sido mi última cita de hoy, ya debo irme. Y ustedes también. —con un ademán de manos se dispuso a caminar hacia la salida, no se habían percatado que llevaba su bolso en el hombro.

—¡Espera...—la llamó antes que cruzara las puertas de cristal, Im giró— ¿Vas a casa?

—Oh no, saldré con JungKook. —fue lo último que le dijo antes de definitivamente irse tarareando alguna canción al azar.

Los chicos volvieron a verse incrédulos.

—La perdimos, Hyung.

—Tienes razón, SooBin. —suspiró.