El primer día de clases de Evie había sido una gran sorpresa para ella. Lo último que esperaba era encontrarse allí con Brayan, y ahora él era su profesor de matemáticas y su tutor. Debía ayudarla a prepararse junto a un pequeño equipo para asistir a una competencia con otras preparatorias.
Aunque a Evie no le gustaba participar en esas actividades, había aceptado sólo por molestar a Brayan, por lo menos eso era lo que ella se decía, aunque en realidad en su interior sólo deseaba estar cerca de él.
Para Brayan, el encontrarse con ella representó el poner de manifiesto todos sus sentimientos, quedó muy sorprendido por la edad de Evie y por encontrarla en su trabajo, pero se dio cuenta que estaba locamente enamorado de ella. Se la pasaba enojado, de mal humor, lleno de celos y no toleraba estar en su casa y mucho menos compartir con su esposa.
Los días pasaban y el único momento que esperaba era la tarde, cuando entre un grupo pequeño de estudiantes se encontraba con Evie y aunque ella prácticamente lo ignoraba, el sentir su cercanía, su perfume, lo hacía anhelar ese encuentro. Aunque siempre guardaba la esperanza de poder compartir a solas un instante con ella, pero había sido imposible, siempre estaba acompañada por Jake, que la seguía a todas partes y no la dejaba sola ni un solo instante.
Para su disgusto, Evie era muy popular con los chicos en la escuela, sobre todo con el equipo de fútbol con el que se la pasaba todo el tiempo, mientras las chicas levantaban rumores en su contra por celos y envidia. Sin embargo, a ella la tenía sin cuidado.
Un día, Brayan se percató que Jake no había llegado por Evie como siempre lo hacía, así que terminó rápidamente la clase esperando que todos salieran y antes que Evie se retirara la llamó:
—Evie, por favor espera.
—Dígame profesor —respondió tranquila mientras los demás se retiraban.
—¿Crees que un día podrás perdonarme? —preguntó Brayan con sinceridad.
—No lo sé —respondió Evie sin mirarlo.
—¿Es cierto lo que dicen de ti y Jake? —preguntó Brayan muy serio.
—¿Y qué dicen? —respondió Evie algo molesta.
—Bueno... que ustedes... son pareja —murmuró Brayan con pesar.
—No sé porque te extraña, bien sabes que me gusta acostarme con extraños —respondió Evie con rabia.
—No quise decir eso Evie... entiende... que me lastimas... me duele ¿comprendes?
—Lo único que comprendo es tu incapacidad de expresar amor. —Evie salió corriendo de allí y se encerró en el baño, lloró un poco y se secó sus lágrimas y luego salió en busca de Jake que la esperaba inquieto por su retraso.
Jake y Evie, eran la pareja de moda de la preparatoria, ella se había ganado el cariño y el respeto de los amigos de Jake, quienes comprendían el por qué Evie no compartía mucho con las otras chicas, que parecían estar en contra de ella todo el tiempo, pero que despreocupadamente ella las ignoraba.
Para Brayan, su vida se había convertido en un infierno, se debatía en su interior entre hacer lo correcto y el amor que sentía por Evie. Para él era una tortura verla besando a Jake y no resistía observar cuando él la tocaba. Sentía un deseo insano de arrebatársela. ¿Cómo pudo ser tan estúpido para perderla?, ¿cómo pudo siquiera pensar en arreglar su matrimonio?, eso era algo que ya no tenía remedio y él lo sabía mucho tiempo antes de emprender ese viaje, pero se dejó llevar por las suplicas de Lisa y los consejos de su madre. Se sentía como un adolescente manipulado por la vida, y que había perdido en ese enredo a su verdadero amor.
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Esa Navidad cambió mi vida. [Completa]
RomanceEvie Sanders, es una chica normal de 16 años, cuya vida cambiaría después de un viaje de vacaciones con su familia, tendría que pasar toda una semana en una Isla del Caribe, precisamente en Navidad. Al regresar, debía abandonar su casa y a sus amigo...