Parte 23 Caminemos juntos.

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Las fiestas pasaron y Casper y Evie dieron juntos la noticia de su boda a sus familias, Evie mostraba orgullosa su anillo y el de su futuro esposo, en verdad para ella fue algo inesperado, pero se sentía feliz y agradecida por tener a Casper a su lado.

Por su parte Casper comenzó a organizar la boda de inmediato, que se realizaría en cuanto Evie tuviese vacaciones de la Universidad, por lo que sería en el verano.

Para la boda Casper invitó a su familia y traería también a sus abuelos, corriendo él con los gastos de su traslado. De igual forma haría con los abuelos de Evie, para que no faltaran a la celebración. Por supuesto la familia de Evie no podía faltar. Sería una ceremonia íntima con familiares y amigos de la pareja.

Pasaron los días y llegó el cumpleaños de Evie, lo celebraron en un lujoso hotel, pasaron todo un fin de semana juntos. En realidad los últimos meses habían tenido mucho trabajo y eso les dejaba poco tiempo para ellos, así que lo disfrutaron al máximo.

Poco a poco fueron organizando la boda, aunque ese trabajo quedo mayormente en manos de Casper, sin embargo, Evie se esforzaba por ayudar y participar, mientras Casper le preguntaba diariamente por el vestido cuando estaban en la cama.

—Entonces ¿qué vestido vas a usar?

—Deja de ser curioso... no te lo puedo mostrar... es de mala suerte —dijo Evie en tono de burla.

—Y desde cuando eres supersticiosa —preguntó Casper subiéndose sobre ella y haciéndole cosquillas.

Después de hacerla reír un poco se acercó a ella para besarla y ella le susurró al oído.

—Déjame sorprenderte.

Eso tranquilizó a Casper y poco a poco tocándose con dulzura se unieron en un momento de pasión.

El tiempo pasó y llegó el día de la boda, se realizaría en el salón de un lujoso hotel y sería mayormente una cena. Los invitados eran pocos, habían decidido hacer algo íntimo y tenían reservada allí mismo una suite para su noche de bodas, para luego al día siguiente irse de Luna de miel, aunque no tendrían mucho tiempo, el trabajo de Casper no se los permitía.

Evie lucía el vestido de seda blanco que le había regalado Casper para sorprenderlo, era muy ajustado, sin tirantes tenía transparencias en lugares estratégicamente seleccionados que no le permitían llevar nada debajo de él. Sus hombros quedaban al descubierto y lucía el collar y los zarcillos que habían pertenecido a la abuela de Casper. El vestido tenía pronunciadas aberturas al lado de ambas piernas y en su espalda un revelador escote que era disimulado por una tela transparente igual a la que tenía en ciertas partes, a ambos lados de su cuerpo. Su maquillaje era sencillo, pero resaltaba sus ojos y sus labios y el cabello lo tenía recogido de manera muy natural, adornado con pedrería que simulaba una corona. Su madre y su hermana se quedaron impactadas al verla, pero le aseguraron que se veía espectacularmente hermosa.

Evie les contó que ese vestido se lo había obsequiado Casper en Navidad, cuando le hizo la propuesta de matrimonio y aunque se sentía un poco intimidada por lo revelador que era, quería complacerlo. Por lo que Laura y Dana la apoyaron y la alentaron, se veía realmente hermosa. Dana le comentó que hasta parecía una modelo de revistas de boda. Cuando entró su papá en la habitación, se le salieron las lágrimas al ver lo hermosa que estaba su hija. Evie se emocionó también, y eso la tranquilizó un poco.

Llegó el momento de la ceremonia, su padre la llevaba del brazo para entregársela a Casper, lucía hermosa y radiante, los presentes admiraban su belleza, no podían quitar su mirada de ella. Llevaba en sus manos un ramo de lirios blancos, azules y violetas. Cuando bajaban la escalera, hasta extraños le sacaban fotos. Casper se sentía complacido y orgulloso, observaba a su futura esposa y cada vez se sentía más agradecido por tenerla a su lado. La recibió con un beso susurrándole al oído "gracias... estás hermosa".

Esa Navidad cambió mi vida. [Completa]Where stories live. Discover now