Parte 13 Hoy es el baile de graduación.

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Los padres de Evie estaban felices por el regreso de su hija, mientras Evie estaba sumergida en una profunda tristeza sin decirles nada, aunque de vez en cuando disfrutaba de momentos de tranquilidad, como aquel fin de semana que compartió a escondidas con Brayan.

Ese lunes Evie no asistió a clases, pidió tiempo a sus padres para descansar, en verdad se sentía agotada y no quería que le continuaran recordando el baile, no estaba segura de querer asistir. Con Brayan había limado sus asperezas pero Jake le preocupaba, sobre todo después del comentario de Brayan, y lo que menos quería era ponerlo en una situación incómoda o que se sintiera obligado a asistir con ella.

Pasó casi todo el día en su cuarto, sólo salió a almorzar porque su mamá la obligó. Cuando su madre le hablaba de su día a día, le comentó muy entusiasmada que su hermana tenía planes de casarse con el joven que había conocido en las vacaciones, y que casualmente estudiaban en la misma universidad, así que querían llevar una vida juntos. Evie le expresó su alegría, aunque en realidad sentía algo de envidia, y se preguntaba ¿por qué con Brayan no pudo ser así?, pero en verdad se sentía contenta por su hermana, ya conocía que su propósito principal en la vida era casarse. Al terminar de almorzar, se volvió a encerrar en su habitación.

Por la tarde Evie se había quedado dormida después de llorar largo rato, en verdad la noticia de la boda de su hermana la había deprimido un poco. A media tarde, Laura la despertó tocando a su puerta.

—Evie... Evie... llegó un paquete para ti.

—¿Qué?... voy mamá —dijo Evie mientras apenas podía abrir los ojos, luego añadió—: Mejor pasa mamá.

Laura llevaba en las manos una caja que había traído una empresa de encargo.

—Es para ti... anda ábrela... no tiene remitente —dijo su mamá con curiosidad.

Evie limpiaba sus ojos, tratando de mantenerse despierta, perezosamente comenzó a destapar la caja. No lo podía creer, era el vestido que ella observaba cuando se encontró con Brayan. Era un vestido corto sin tirantes, de color blanco, se ajustaba hasta la cadera y de allí surgía una falda no muy amplia de una tela suave en varias capas que terminaban de forma irregular. La caja dentro tenía una nota que decía: ¡Diviértete!, serás la Reina del baile.

—¡Es hermoso! —dijo su mamá—, ¿quién te lo envío? —preguntó con curiosidad.

—No dice, pero en verdad es hermoso. —El rostro de Evie se iluminó con una sonrisa.

Sus padres estaban un poco contrariados con aquel vestido, era evidente que un hombre se lo había enviado, pero Evie los tranquilizó y les aseguró que no se metería en problemas, sobre todo porque pronto debía irse, así que sus padres aceptaron la situación, aunque quedaron un poco preocupados, pensando que aquel profesor del que Evie les había hablado, podría ser el remitente de ese paquete. Muchas veces sentían que su hija no les contaba toda la verdad, pero nunca les había dado dolores de cabeza, así que decidieron darle su espacio.

Al siguiente día Evie retomó su rutina, y cuando llegó a la escuela fue recibida con alegría por sus compañeros de equipo, los que habían ganado junto a ella la competencia y la esperaban con ansias. Eso alegró su día, al igual que sus amigos del equipo de fútbol también se habían acercado a saludarla y felicitarla, incluyendo a Jake que le dio un suave beso en los labios.

Cuando llegaron al salón de clases los estaba esperando Brayan, Evie se acercó a él y le agradeció el detalle que tuvo con el vestido y luego se fue a su lugar. Marcus hizo que le dieran un fuerte aplauso por haber ganado y también se acercó a ella para darle un beso y un abrazo, al igual que otros compañeros de su clase.

Esa Navidad cambió mi vida. [Completa]Where stories live. Discover now