Pasaron varias semanas y Evie continuaba trabajando con Casper, le faltaba poco para terminar de revisar los expedientes, pero Casper no quería perder su compañía, así que le propuso quedarse en la oficina ayudando a transcribir documentos. A Evie le encantó la idea, eso la ayudaría más con su carrera que lo anterior, ya que trabajaría y aprendería al mismo tiempo.
El viernes al mediodía Evie iba llegando a la oficina, quería terminar lo más pronto posible para comenzar a transcribir documentos. Sin embargo, estaba deprimida, Brayan le había escrito preguntándole como le iba, pero ella no estaba segura de querer responder. Se había quedado mirando por la ventana sumergida en sus pensamientos, y no se dio cuenta que Casper había entrado y la observaba en silencio.
—Llegaste temprano hoy... ¿cómo estás? —preguntó Casper casi como un susurró.
—Hola... no te sentí entrar... estoy bien... estaba aburrida así que me adelante un poco, y tú ¿cómo estás? —preguntó Evie a su amigo.
—Estoy bien, aunque... en verdad estoy cansado... ¿quieres acompañarme?, me gustaría caminar un rato.
—Claro —respondió Evie, tomando su bolso nuevamente.
Salieron juntos de allí, para sorpresa de Evie se dirigieron al auto de Casper y éste amablemente le abrió la puerta. Evie se subió, aunque se sentía un poco incomoda, cuando ya iban en camino le preguntó:
—¿Para dónde vamos?
—Es una sorpresa, ¿te molesta? —preguntó Casper con una sonrisa.
—No... pero soy curiosa —aseguró Evie correspondiendo a su sonrisa.
En el camino, hablaban de las más diversas situaciones e incluso se hacían bromas entre ellos y Casper la amenazaba con hacerla trabajar al doble que a sus compañeros de clase. Mientras Casper seguía conduciendo, Evie se dio cuenta que se alejaban de la ciudad e iban rumbo a las playas. Esa era uno de los pocos lugares que no quería visitar, sin embargo, no le dijo nada, sólo continuo con su charla pero con su corazón oprimido. Se sorprendía al notar que muchas cosas que hacía Casper le recordaban a Brayan, y no estaba segura de que ese fuese el motivo de que se sintiera atraída por él.
Ya había pasado algún tiempo, el camino era un poco largo pero por fin llegaron. Casper buscó estacionar el auto y luego le dijo:
—No te bajes todavía —Salió del auto y se metió en la parte de atrás, allí llevaba un bolso lo abrió y sacó una franela y unos calzados deportivos y luego añadió—: No mires.
Evie volteó hacia adelante con una sonrisa, mientras Casper se cambiaba, ya debajo de su pantalón llevaba un short bermuda, se quitó el saco y la camisa y se puso la franela, también se cambió los zapatos quitándose los calcetines.
—Siempre me sorprendes —dijo Evie entre risas—, lo tenías todo planeado.
—En realidad si... menos la compañía... no sabía que llegarías temprano, así que aproveche el momento.
—Que bien, gracias por invitarme —afirmó Evie con una sonrisa.
Casper dejó el auto al cuidado de un hombre que se acercó a saludarlo, por lo que Evie se dio cuenta que visitaba seguido ese lugar. Caminaron largo rato por la playa y se detuvieron a comprar unos conos de helado. Evie se decidió por fresa y Casper por chocolate y siguieron caminando.
—En verdad está delicioso —dijo Evie que ya estaba más animada.
—Si, a veces me como hasta cuatro cuando vengo por aquí, no le digas a nadie, pero dejar el cigarrillo tiene su precio —contestó Casper despreocupadamente y luego le pregunto—: ¿Quieres probar? —Mientras le ofrecía su cono.
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Esa Navidad cambió mi vida. [Completa]
RomanceEvie Sanders, es una chica normal de 16 años, cuya vida cambiaría después de un viaje de vacaciones con su familia, tendría que pasar toda una semana en una Isla del Caribe, precisamente en Navidad. Al regresar, debía abandonar su casa y a sus amigo...