Transmigrando a un juego de fantasía [SOOKAI].

E X T R A - Huening Kai

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Nació y creció en el seno de una familia normal, dos padres amorosos y dos hermanas cariñosas, su niñez y adolescencia fueron normales, su crecimiento fue normal, su educación fue normal, pero...

Él no era normal, nunca fue normal.

Siempre lo supo.

Por fuera podía verse como cualquier otra persona sana y cuerda, al menos eso aparentaba delante de los demás.

Lo que ellos no sabían era de ese intenso deseo de monopolizar que existía en su corazón, esos celos oscuros que corroían su mente y su razón.

La primera vez que sintió esa parte oscura suya estaba en tercer grado de escuela elemental, era un pequeño que tenía un mejor amigo y que estaba pasando por su primera vez siendo dejado de lado porque su mejor y único amigo ahora estaba jugando con alguien más.

De repente fue como si viera rojo, como si todo sólo fuera locura y enojo, sus puños se apretaron y su corazón se llenó de un loco sentimiento de celos que no supo identificar.

Esa primera vez realmente se asustó, todo lo que estaba pasando por su inocente mente lo lleno de terror y se alejó de su amigo.

Con forme fue creciendo pudo entender esas emociones y sus propios pensamientos comenzaron a dar aún más rienda suelta, como si el hecho de saber fuera una botella a presión siendo destapada.

Se quedo rápidamente sin amigos, porque ninguno de sus llamados mejores amigos estaba dispuesto a soportar ser tratados con tanto monopolio.

Entonces pensó, si los amigos no se monopolizaban, talvez una pareja sí.

Fue así como tuvo su primer novio durante la universidad, y pensó que talvez sería capaz de poder satisfacer finalmente a los demonios de su corazón.

No fue así, no fue para nada así, fue más como si los alimentara.

Fue dejado... No, fue engañado.

Las personas que decían amarlo, esos que antes lo miraban, y acariciaban, y besaban, de repente estaban diciéndole a otras personas las mismas palabras, estaban haciendo las mismas acciones, con la misma ternura.

Su mente ya trastornada no lo pudo soportar, su pensamiento se volvió sencillo, si no eran de él ¿Por qué podían vivir?

Estaban mintiendo al decirle que lo amaban, mentían al decir que estarían siempre juntos, mentían cuando lo miraban cariñosamente.

¡¿Por qué debían vivir?! ¡Sólo harían lo mismo a otra persona!

Cometió su primer asesinato, y el segundo, y el tercero.

Con el último fue demasiado descuidado y la policía comenzó a sospechar de él.

Fueron a preguntar a sus vecinos, pero no muchos de ellos parecían conocerlo, ni a él ni a su tercer exnovio, pero había alguien que si lo conocía e incluso lo vio ese día.

Cuando el vecino con el que solía interactuar poco abrió, supo que era probable que estuviera condenado, finalmente lo meterían en la cárcel y se pudriría dentro.

Eso era lo que estaba esperando, pero jamás sucedió, el vecino al que poco interés ponía mintió por él, y no dio nada de información que pudiera incriminarlo.

Fue un shock total.

Algunos días después fue dejado en libertad y regreso a su dormitorio.

Volvió a encontrarse con su vecino y lo invito a pasar, y aquella persona, que sabía lo que había hecho, acepto.