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Epílogo

-Es lindo cierto- le dije al chico y asintió, él conecto la mirada con la mía y sonrió

-Su sonrisa es bella- suspiro, le hice un ademan para que alzara su mano me puso una cara de confusión pero aun así lo hizo

-Puedes mirar su mano- asintió -Pues en su dedo anular trae un anillo- volteo a verme -Y es el par del mío- le enseñe mi anillo

-Yo, yo..- su cara se volvió roja

-Ese chico lindo que has visto e intentado coquetearle es MI ESPOSO- el chico se levanto de la barra y se fue a los baños

-A quien tiene sus bebidas-

-Gracias- pague y me fui -Hola esposo- deje las bebidas en la mesa y le di un beso intenso

-Ey, quien te hizo poner celoso-

-Yo no estoy celoso-

-Si claro Grandulón……espera fue el chico que estaba junto a ti, por eso hiciste que levantará la mano para enseñar mi anillo de matrimonio- entre cerró sus ojos

-Te estaba coqueteando y eres MIO y yo tuyo- negó, ahora él me beso, me encantaba cuando el dominaba

-Vamos a disfrutar la noche- me tomo de la mano y fuimos a la pista de baile, bailábamos pegados, mis manos siempre tocaban su cuerpo, su trasero estaba rozando mi pelvis, lo tomé de la cintura atrayéndolo a mi

-Mi cuerpo siempre reacciona ante ti amor- le susurre en el oído, mordisqueo su lóbulo, acariciaba su cintura y él seguía frotándose contra mí -Creo que debemos irnos-

-Ya lo he sentido- salimos del lugar, nos subimos al carro de Joaco, llegamos al departamento, durante el elevador nos empezamos a besar, las puertas se abrieron, sin dejarnos de besar caminamos por el pasillo a tientas abrí la puerta, empezamos a quitarnos la ropa, fuimos a la barra lo subí sus manos tocaban todo lo que podían, me aleje y gruñó

-No ansíes bonito- fui al congelador, regresando a él tenían una sonrisa -Recuerdas-

-Como olvidarlo- tenia un hielo en mi boca, me puse a la altura de sus pies, saqué el hielo y lo pasé por ambas manos deshaciéndolo con el calor de mis palmas, mis labios fríos besaban sus muslos internos, iba subiendo y mis manos por sus costados, arqueo su espalda -Ah Amor- gimió y me encantaba oírlo, estuve entretenido con sus pezones haciéndolo jadear, mientras que mis dedos le daban placer -A-ah, te quiero a ti-

-Lo que ordenes mi amor- me introduje lento, empecé a moverme ambos estábamos excitados, el tocaba mi abdomen, lo cargué llevándolo directo a la habitación, en la orilla de la cama lo incline, me volví a introducir, se apoyaba en el colchón y yo en su cadera, lo embestía rápido

-A-a-a-ah- gemimos ambos

-Siéntate- me senté y el sobre mi dándome la espalda, empezó a dar pequeños brincos, era una belleza ver sus glúteos rebotar contra mi pelvis -Mmmmm- paró y comenzó con movimientos en círculos, mis manos tocaban sus glúteos -A-ah, mmmmm grandulón- me pare sin salir de él, lo abracé y moví mis caderas, besaba su cuello

-Te amo- le susurre en el oído y su piel se erizo

-Te amo- baje mi mano hasta su miembro, empezando a sincronizar mis movimientos de las embestidas con mi mano -mmmmm……a-ah…mmm-

Mordí su cuello con un poco de fuerza que seguramente dejaría una marca, esa deliciosa sensación se hacía presente bajo mi vientre -Estoy cerca bonito- nuestras respiraciones se agitaron más, ambos estábamos por venirnos y así fue, seguí moviéndome lento porque durante el orgasmo se sentía muy bien, salí de su interior, iba al baño le alcance a dar una nalgada, nos bañamos y quisimos dormir desnudos

TrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora