33.

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Final

-Entonces que dices- bailábamos pegados

-Grandulón, debemos de irnos por lo menos una vez con todos- mordí su oreja

-Ellos estarán bien sin nosotros, anda- negó, tomo mi mano y fuimos a la mesa, me senté y él sobre mis piernas pasándome un brazo por detrás del cuello

-Mierda ahora si que esta lleno el lugar- dejo Ethan las bebidas junto con Leila en la mesa cada quien tomó una cerveza menos mi bonito -Saben me recordó a los memes donde están todos con sus cervezas y uno trae un jugo, es el bebe del grupo- Joaco le hizo una seña obscena y reímos

-Han visto a Tavo- y como si fuera su llamado lo vimos venir entra las personas, Ale venía arreglando se el vestido

-Ey, gracias- le quito la cerveza a Ethan y este gruñó

-¿De donde vienen?-

-Fui al baño- dijo Ale

-Y yo atendí una llamada-

-Claro que atendiste la llamada- dijo Leila -Pero bueno quienes somos nosotros para poner límites al amor, ahora muevan esos culos y vamos apoderarnos de la pista- Joaco se levanto pero lo tomé de la muñeca

-Joaco necesito pregun…- Omar se lo llevo, fue como la primera vez que lo vi, todo llegó a mi mente, todo lo que vivimos hasta llegar aquí y estaba muy convencido que de hoy no pasaría de hacerle la pregunta.

Bailamos, cantamos, reímos hasta que nos dio hambre y todos fuimos a la taquería de Pancho cenamos y platicamos por un buen rato, hasta que el cansancio se apoderaba de algunos

-Fue muy divertido salir con ustedes pero mi cuerpo necesita descansar- dijo Tavo

-Lo comprendo a tu edad debes de cuidarte-

-Jodete Magaña-

-Ya amor, siempre peleas con Emilio…….nos vemos después, gracias por invitarnos- dijo Ale

-Seguirán viniendo con nosotros una vez entrados en esta secta no pueden salir- reímos ante lo dicho de Jesé -Lo digo por experiencia-

Fuimos a dejar a todos a sus departamentos, mi bonito fue el que manejo

-¿Estas cansado?- negó, avanzo, estamos a una cuadro de mi departamento

-¿Tu lo estás?- me dijo con la vista al frente

-Ni un poco- se estacionó en mi lugar, al entrar como siempre saludamos a Mario, al subir se apoyó sobre mí

-Bailamos tanto que los pies me duelen- llegamos al piso, al abrir la puerta se quito su chamarra dejándola en el respaldo del sillón dejándose caer en este, fui al cuarto por algo que era necesario, tome sus piernas levantándolas para sentarme, le quite las botas, los tines -Que bien se siente- me coloque un poco de crema y empecé a masajear sus pies -Wow, te he dicho que das los mejores masajes-

-Claro, todo lo que hago es lo mejor-

-No lo niego- prendí la televisión poniendo una serie, me levante -¿A dónde vas?-

-Iré por un poco de helado- asintió, fui al baño, me moje la cara mirándome en el espejo -Vamos- cuando salí me senté di un gran respiro -Bonito, quiero decirte algo- al no escuchar su usual mmm o dime voltee a verlo, estaba profundamente dormido era más que claro que hoy no sería el día, lo cargué al llevarlo a la habitación le quite la ropa y le puse mi camisa que usaba de pijama -Mañana será-

A la mañana siguiente me levante temprano y salí estaba rezando para que los encontrara al llegar al departamento me alivio que aún seguía dormido, hice todo en silencio tanto como pude, estaba todo listo, sentí unas brazos rodeándome la cintura

TrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora