CAPITULO 6

242 12 1
                                    

Maratón 1/4

Y mientras él estaba en el Caribe matándose para poner Cayo Holley en la cumbre de los complejos de lujo de primera clase, el que le había tirado los trastos había sido el estupido de su hermanastro.
Un golpe en la puerta lo sacó con un sobresalto de su meditación. Un vistazo por la mirilla reveló a la última persona que hubiera esperado ver allí. _______ Taylor golpeaba con determinación la puerta de su habitación en la que se suponía que era su noche de bodas.

Luke descorrió el cerrojo y abrió la puerta. Por un momento creyó que estaba sufriendo una alucinación. O quizá había hecho una mezcla un poco fuerte con el último ron y Coca-Cola que quedaba en el minibar, se había desmayado y estaba soñando. Desde luego no era la primera vez que _________ invadía sus sueños pero por lo general llevaba algo un poco más provocativo que la deshilachada bata violeta de abuela que ya tenía en la universidad. Tenía que ser real, porque si fuera un sueño, a esas alturas la bata ya estaría en el suelo y él ya estaría medio metido en aquel cuerpo.

Lo que no evitó que la sangre se le acumulara en la entrepierna. El año que habían coincidido en Berkeley, Luke había llegado a la puerta del dormitorio de la residencia de la joven en incontables ocasiones y se la había encontrado recién salida de la ducha y envuelta en aquella bata. La idea de despojarla de aquella prenda suave y gastada para poder recorrer con la lengua toda su piel suave y húmeda se había burlado en casi todas aquellas ocasiones de la promesa que había hecho de no ponerle las manos encima.

La verga se le hinchó en los calzoncillos y Luke se recordó con furia que era una mujer casada, y con su hermano, por si fuera poco. Tenía que haber pasado algo grave para que _________ estuviera allí. ¿Cómo se le ocurría, a él empalmarse cuando necesitaba toda la sangre posible en el cerebro?
-¿Le ha pasado algo a Michael? -preguntó Luke cuando ________ no dijo nada. Se lo había quedado mirando con la boca un poco abierta. Luke casi podía sentir el calor de aquella mirada en su piel mientras lo iba recorriendo entero, primero el pecho, después el abdomen plano para seguir bajando, hasta que las cejas femeninas se alzaron con cierto interés.

Luke bajó los ojos y se puso colorado cuando se dio cuenta de que no llevaba más que los boxers y que el bulto de la bragueta seguía creciendo bajo la mirada de la joven.
-¿Puedo entrar? -dijo ________ al tiempo que alzaba de mala gana los ojos hacia la cara de Luke.
Luke se apartó para dejarla pasar y en algún lugar de su cerebro nublado por el minibar se disparó una alarma. Por lo general, las mujeres no visitaban las habitaciones de otros hombres a las dos de la mañana de su noche de bodas.

__________ se sentó al borde de la cama y encendió la lamparilla de la mesita. La luz la envolvió en un fulgor tenue que iluminó su cabello y su piel suave como la de un bebé. Aparentaba unos catorce años con sus grandes ojos marrones casi miel y los labios suaves y rosados. Había vuelto a clavar los ojos en él y en su expresión había cualquier cosa menos inocencia.

Con la polla amenazando con asomar por el elastico de los calzoncillos, Luke agarró con gesto casual una de las batas que colgaban en su armario e hizo una mueca cuando se dio cuenta de que eso de que la talla única sirve para todos no se aplicaba a su cuerpo. La bata le tiraba de los hombros, no le cubría el pecho y apenas le dejaba estirar los brazos. Pero al menos si su amiguito decidía asomar la cabeza por la cinturilla, _________ no tendría que verlo.

-Te fuiste temprano de la fiesta, ¿no? -dijo la joven, como si fuera lo más normal del mundo estar en su habitación cuando debería estar disfrutando de su primera noche de sexo marital-. Nunca te gustaron mucho los actos que exigen corbata.
Luke asintió.

-Pues no, y además tengo que tomar un vuelo muy temprano. -Se sentó en la cama, al lado de ella y solo su aroma fue suficiente para volverlo loco. Como en sus mejores sueños, _________ había aparecido en su habitación de hotel. Pero en la realidad hablaban de trivialidades, del banquete y sus planes de viaje mientras él tenía una erección capaz de clavar clavos en cualquier sitio.
Y aunque cada una de sus terminaciones nerviosas era consciente de lo que tenía delante y le rogaba que la echara en la cama y le metiera la lengua entre las piernas, Luke sabía que no era para eso para lo que _________ había ido allí.

La Esposa De Mi Hermano •||Luke Hemmings||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora