Prólogo

10.4K 259 51
                                    

•|1 de enero de 2019, Málaga, España|•

Mi nombre es Irene Sainz. Sí, soy la hija de ese piloto de rally tan famoso que se llama Carlos Sainz, y también la hermana de ese otro piloto llamado Carlos Sainz. Por lo que se ve en mi familia no fueron muy originales con los nombres.

Soy de Madrid, España, pero actualmente resido en un pueblecito de Andalucía. Es un sitio francamente deprimente, pero me gusta. Hace un tiempo que terminé mi segunda carrera en la universidad y decidí tener un tiempo de relax después de todos estos años de estudiar sin parar. Ahora es cuando te digo que tengo 17 años y te quedas pensando cómo diantres con 17 años ya llevo dos carreras universitarias. Si me lo permites, querido lector (o querida lectora, nunca se sabe), deja que te cuente mi historia.

Cuando estaba en el jardín de infancia me diagnosticaron altas capacidades (hablando claro: soy superdotada). Pero, resulta que era muy acentuado, es decir, que era una especie de niña genio. Eso produjo que con 8 añitos ya estuviese en el instituto. Suena a locura pero a veces la realidad supera la ficción. Y créanme, es una mierda total. Con 11 años pasé a la universidad, y estudié ingeniería aeronáutica. Desde que tengo uso de razón he visto a mi padre y a mi hermano competir, y mi sueño siempre fue diseñar, crear y arreglar sus autos. En mi cabeza siempre existieron otras carreras que me gustaban, pero me decanté por eso finalmente. Amo la ingeniería y amo todo lo que tiene que ver con ella. De modo que a los 15 años terminé mi carrera de ingeniería. La idea era ir con mi hermano a sus carreras y encontrar algún trabajo en una de las escuderías... Pero como solo tenía 15 años no me dejaban. Así que empecé a estudiar otra cosa. En concreto hice un grado de administración y dirección de empresas, porque si algo salía mal, yo tendría que encargarme de las empresas de mi padre. Además, siempre me gustó ese tipo de cosas, el papeleo, la economía y el hecho de mandarle a los demás.

Ahora mismo me encuentro en el sofá de mi casa, sonriendo como una boba a mi carnet de conducir. Tras conseguir la emancipación (que es la liberación respecto de un poder, una autoridad, una tutela o cualquier otro tipo de subordinación o dependencia, o al menos eso decía Google) por fin me dejan viajar sola, conducir, trabajar, etc. Es algo que me da mucha libertad y me permite dejar de tener que depende de mis padres, cosa que deseaba mucho.

Así que estoy a la espera de que mi hermanito me diga si en McLaren me aceptan para que sea ingeniera. Tengo un currículum impecable, así que no lo veo difícil, pero estamos hablando de una empresa enorme que incluso tiene dos asientos de la F1. Sé que es posible que me contraten sólo por ser quien soy, pero es un hecho que no me honraría nada. Aún así, no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Soy quien soy y la gente no quiere ver más allá de eso.

Mientas veo la tele tranquilamente, tras haber dejado mi carnet bien guardado, mi móvil empieza a sonar. En concreto, está sonando "Llámame Loco", de Manuel Carrasco, mi cantante favorito. Hace poco sacó su nuevo disco y como buena fan suya que soy, puse una de sus canciones de tono de llamada. Creo que me he desviado de lo principal... Así que cojo mi teléfono y veo que es mi hermano. Sin dudar respondo poniendo la serie que estoy viendo en pausa.

- ¡Hola peque! - Saluda alegremente mi hermano desde la otra línea.

- Hola hermanito, ¿qué pasa?

- Enhorabuena - me dice.

Me quedo un momento pensando, hasta que me acuerdo y reacciono. A veces, por muy inteligente que sea, me quedo un poco embobada. Lo que resulta obvio para los demás me cuesta entenderlo y lo que los demás no son capaces de ver es demasiado obvio para mí.

- ¡¿En serio?! - Le replico sin poder creerlo.

- No, peque, es una broma - dice él con sarcasmo. - ¡Pues claro que es en serio! Vamos a trabajar juntos en McLaren peque.

- ¿Nos tendremos que ir a Inglaterra? - Pregunto sin poder creerlo todavía.

- Sería lo más inteligente... Y bueno, tú siempre has querido vivir allí, ¿no?

Respiro hondo para no perder la cabeza y tranquilizarme. Mis sueños se están cumpliendo uno a uno, me siento afortunada. Puede que por fin algo me vaya bien.

- Sí, ese ha sido mi sueño desde pequeñita... Gracias Carlos, te quiero.

- Yo también te quiero, peque. Tenemos que empezar a organizarlo todo rápido. En unos meses empiezas a trabajar ahí, y yo pronto tendré que ir también.

- Lo sé, lo sé... Yo me encargo de todo, lo prometo. Es lo mínimo que puedo hacer. Además, sabes que adoro organizar las cosas.

- Está bien, pero mantenme informado, ¿vale? - Siempre me dice lo mismo, creo que no se fía de mí.

- No seas pesado Carlitos. Te prometo que te contaré todo. Adiós.

- Adiós loca - y cuelga.

Dejo el teléfono en la mesa y me pongo a celebrar como una idiota. Pero me da igual, estoy muy feliz. Quila, mi pastor alemán, se acerca. Probablemente se piense que su dueña está loca de remate y mentira no es.

- ¡Nos vamos a Inglaterra, pequeña! - Le chillo abrazándola. Ella me lame la cara alegremente y yo la acaricio.

Así permanezco un rato, acariciando a mi perrita en el suelo, pensando en todo los que me depara este nuevo año. Siento que 2019 va a ser mi año. Esta vez todo saldrá a pedir de boca.

•|15 de enero, Madrid, España|•

Quila y yo llegamos a la casa de mi hermano, quién nos recibe con mucho amor, llenándonos de besos y abrazos a ambas, pero sobre todo a mí. Me extrañaría si saludase igual a mi mascota y a mí.

- Te he echado de menos, peque - me susurra mientras me abraza muy fuerte.

- Pues ahora te vas a cansar de verme - bromeo.

- Estoy seguro de eso... Venga pasa, que ya es tarde y debes de estar cansada.

Entro a la casa con Quila siguiéndome y mi hermano nos lleva hasta la habitación de invitados, que tiene una cama enorme, un pequeño vestidor, un baño propio y una ventana enorme. La decoración es vaga y poco preparada pero sólo estaré aquí unos días así que no me preocupa.

- Si necesitas algo, avísame. Y si tienes hambre ya sabes dónde está la nevera, mi casa es la tuya, ya lo sabes.

- Vale, vale... Gracias por todo, hermanito - le sonrío mientras deja mis maletas junto a la cama.

- No hay que darlas, que descanses - me da un beso en la frente y lo veo salir por la puerta de la que ahora es mi habitación.

Acomodo todas mis cosas mientras Quila duerme en la cama para perros que le he traído. Le pongo agua y pienso por si tiene sed o hambre y me meto al baño para ducharme. Me doy una ducha larga para poder aclarar mis ideas. Últimamente he vivido unos días de locos. Buscando casa en Woking, rellenando papeleo, haciendo maletas, organizando una cosa y otra... Me va a venir bien estar una semana aquí en casa de mi hermano, para poder estar tranquila. Salgo de la ducha y me pongo el pijama.

Mi vida por fin está empezando de verdad, todo lo que he vivido de aquí para atrás solo era el entrenamiento, y por fin voy a jugar de verdad. Creo que ya nada puede salirme mal, todo está planeado y tengo plan B, Plan C y todos los planes de abecedario y más. Así que solo me queda esperar para ver qué me depara Reino Unido.

Soy una Sainz, el mundo me depara grandes cosas.

¡Buenos Días, Princesa! #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora