"Arreglada".
Toothiana se las arregla para despertarme sin necesidad de abrir mi vagón, diciendo "¡Arriba! ¡Hoy es un día muy, muy importante!". Yo me las arreglo para contestarle un débil "Ya estoy despierta" sin necesidad de salir de la cama. No quiero pararme de la cama. Quiero quedarme aquí hasta que sea necesario irme. Me levanto con dificultad y veo el mismo vestido azul de ayer sobre los cajones; justo cómo lo dejé. Pero no lo tomo, ahora que estoy a punto de morir, elegiré usar todo lo que pueda. Y así, abro los cajones de nuevo, viendo toda la gama de vestidos y ropa, con sus colores brillantes. Elijo por otro vestido color verde aceituna, que me hace acordar a mi hermana. Al ponérmelo y verme en el espejo, me visualizo como Anna; con su piel más bronceada que la mía, su precioso cabello color zanahoria y sus pecas graciosas en cada mejilla. Sé que a ella le quedaría mucho mejor el vestido, y reprimo las lágrimas. No debo pensar en ella. Sólo me hago daño a mí misma. Me dejo el peinado, el que representa a mi madre, porque todavía tiene buen aspecto. Da igual, la verdad, en cuanto los estilistas pongan sus manos en mí, ya no tendré control sobre mi apariencia.
Salgo del vagón, para luego pasar por otro, hasta entrar en el vagón del comedor, dónde Toothiana se para y me pasa una taza llena de café caliente. Solo, por lo que puedo oler. Estaba en lo correcto, estoy agotada. Pero aún así, no me lo tomo, si no que me acerco a la mesa, dónde Nicholas rompe sus múltiples galletas; para después remojarlas en su taza llena de leche, y dejo mi taza en el lugar frente de él. Kristoff no está ahí. Toothiana toma el mismo lugar que acababa de dejar, justo a mi lado. Hoy, nuestra anfitriona usa un vestido color rosa chillón, aunque todavía tiene la peluca multicolor; que comienzo a creer que es su mismo cabello, pero pintado. Nicholas no cambia, tiene un atuendo color rojo, similar al de ayer. Él me mira y me sonríe.
- ¿Cómo despertó nuestra querida tributo?-pregunta, y comienzo a odiarlo. ¿Querida? ¿Ser querida es ser preparada para la muerte? Reprimo mis ganas de gritarle, porque, después de todo, el es mi conexión con mis patrocinadores, si es que llego a tener.
- Me siento bien, gracias -. Contesto y el pega los labios, sin perder la sonrisa. ¿Cuándo empezaremos con los consejos? Se supone que aparte de ser mi conexión con los patrocinadores, él es mi mentor. Tiene que decirme dónde y cómo conseguir agua, que armas podré usar, cómo sobrevivir en los exteriores.
Sirvientes del Capitolio se acercan y me sirven una bandeja llena de huevos con tocino, panes de todo tipo, galletas y jugos. Sé que son jugos por los colores, que se parecen mucho a las frutas que recolectaba. Poco después, Kristoff entra. Lleva una camisa blanca, de algodón, puedo ver. Los pantalones son negros, sin cinturón. Tiene el cabello mojado. Se sienta a mi lado y me dedica una sonrisa que yo le devuelvo. No debería hacer eso, se supone que sólo uno sale de la arena. No me puedo encariñar con él. Clavo la vista en mi plato, que ahora sólo tiene la mitad de lo que me sirvieron en el principio, y pierdo el apetito. Nicholas le hace la misma pregunta a Kristoff, que le contesta con una respuesta similar a la mía.
Comienzo a impacientarme, ¿se supone que tenemos que saber cómo sobrevivir solos? Nicholas no hace ademán de querer hablar, al igual que Toothiana, que toma su jugo de zanahoria con elegancia. Luego, la multicolor sale del comedor sin decir palabra, dejándonos solos con Nicholas, que sigue troceando sus galletas. Si lo pienso bien, no todo está perdido, ya que Nicholas tiene algo de elegancia en sus movimientos; aunque es escandaloso e inoportuno, seguro que a los habitantes ricos del Capitolio les gustaría hacer negocios con él, ya que también tiene cara de bonachón. Kristoff comienza a mover la pierna, impaciente. Quizás él se siente igual que yo.
- Y bueno, ¿Qué nos vas a enseñar primero?-le pregunta finalmente Kristoff a Nicholas, que lo mira con cara de "¿me dices a mí?". Luego, al ver que Kristoff lo mira con los ojos bastante abiertos, deja su galleta a la mitad en su plato.
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Juegos del Hambre {Jelsa}
FanfictionEn el mundo pos-apocalíptico de Panem, Elsa Arendelle se ofrece como voluntaria para salvar a su pequeña hermana, Anna. Si quiere volver con ella, sabe que tendrá que cometer el peor acto humano: matar. ¿Que pasará si se resiste a las reglas que org...