"Asustada".
El elevador se abre en mi piso, dejándome ver a mis mentores esperándome con una copa de vino en las manos y sonrientes. No obstante, en cuanto ven mi cara y las armas que sostengo, ambos se quedan estupefactos. Me abro paso entre ellos y me encierro en mi habitación.
En cuanto tiro el arco y el carcaj hacia la cama, la realidad me golpea. Le he disparado a los Vigilantes.
Le. He. Disparado. A. Los. Vigilantes.
De repente, me encuentro llorando a gritos en mi cama. ¿Qué he hecho? ¡¿Qué he hecho?! Dios. Dios. Dios. Por favor, déjame regresar a ese momento. Por favor déjame evitar mi tontería. Por favor. No intentaba matarlos, claro que no. Sólo me molestó el hecho de que no me estaban prestando atención. ¡Estoy intentando sobrevivir y ellos no me están ayudando en nada! ¡Quiero volver a casa y ellos no me están ayudando! Quiero volver a casa. Quiero volver a casa.
Cuendo ya estoy más calmada, me siento en mi cama y miro al vacío, esperando a los agentes de la paz que vendrán por mí a ejecutarme en frente de todo el mundo por mi acto de rebeldía. De eso era lo que hablaba Nicholas. La rebeldía.
Más sin embargo, cuando no parecen llegar, me vuelvo loca. Comienzo a llorar, pero no por mí, si no por Anna. Por miedo. Miedo de que mis acciones repercutan en su vida. Que la ejecuten a ella y me envíen su cabeza. Me levanto y corro de lado a lado, tirando todo lo que me encuentro a mi paso. La jarra con rosas blancas al suelo, el reloj, la lámpara, mis pocos efectos personales. De repente, me encuentro en medio de agua y vidrios rotos. Caigo de rodillas, gritando a todo volumen. No me merezco esto. No. No. No.
La puerta detrás de mí se abre, pero no me molesto en siquiera voltear a ver quién es. Segundos después, la chica avox entra.
-Lo siento, lo siento tanto-sollozo mientras escondo mi cabeza entre mis manos, con desesperación. Le debo una disculpa, desde siempre. La dejé allí. La dejé allí.
Siento sus cálidas manos tomarme las mías. Su cara aparece en mi campo de visión. Es pelirroja, y tiene los ojos más impresionantes que he visto. Un verde vivo. Un verde fuego. Tengo los ojos tan hinchados que me cuesta verla. Ella me hace pararme y piso vidrios rotos. Siento un líquido caliente correr por mis piernas, y sé que tengo cortes en las rodillas.
-En serio lo siento-digo, con la voz ronca. Ella niega con la cabeza y me mira las rodillas-Sí, estás aquí por mi culpa.
+++
Es de mañana. Las hojas de los árboles chocan suavemente contra la madera de la casa, creando un leve crujido. Anna está dormida en su habitación, me aseguré antes de ponerme mis botas y salir. Primero chequé que no hubiera agentes de la paz por la casa, revisando los hogares. Nos echarían si supieran que no es nuestra en verdad. De alguna manera, Eugene logró que tomaran récords de nuestra existencia. Anna puede ir a la escuela y yo puedo ir al Quemador a vender.
Salí finalmente a la valla. Papá siempre me dijo que revisara el sonido, incluso si nunca la encendían. Me agacho y escucho. No hay sonido alguno, así que cruzo entre los alambres y estoy fuera de los límites del distrito. Siempre voy a sentir este nerviosismo al estar fuera de los límites. Incluso si sé que nadie viene aquí a revisar. Es lo normal. Estoy rompiendo las reglas para poder alimentar a mi hermana.
Avanzo con rapidez hasta perderme entre los árboles y comienzo a buscar las frutas que solo se consiguen fuera. Eugene dijo que hoy no podría acompañarme, porque... Bueno, en realidad, no me dio explicaciones. Pero acepté. He hecho esto desde siempre y soy completamente capaz de hacerlo sola.
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Juegos del Hambre {Jelsa}
FanfictionEn el mundo pos-apocalíptico de Panem, Elsa Arendelle se ofrece como voluntaria para salvar a su pequeña hermana, Anna. Si quiere volver con ella, sabe que tendrá que cometer el peor acto humano: matar. ¿Que pasará si se resiste a las reglas que org...