"Conocida".
La estación de tren está llena de reporteros y cámaras de televisión, y es en esos momentos en que espero que mis ojos no parezcan haber llorado. Tengo que verme fuerte, tal y cómo me acuerdo que los tributos de los Distritos parecen. Me paro recta, con los hombros hacia atrás, sacando mi poco busto hacia afuera, y tengo la frente en alto. Me gustaría verme de reojo en una pantalla de televisión en la pared, pero no lo hago. Por miedo a lo que pueda ver. Miro a Kristoff momentáneamente. Él no me devuelve la mirada, pero puedo ver que él no ha estado llorando, y lo entiendo, no tiene a nadie por quién llorar. No pienso más en él, por qué no quiero que termine dándome pena, así que vuelvo la vista al frente, viendo directamente en la nuca de Toothiana, que nos escolta con tanto entusiasmo; repiqueteando sus tacones en el suelo de cemento.
Jamás había entrado a un tren en mi vida, sólo lo podía ver de lejos, la rapidez con la iba y no regresaba. Pero, ahora, es bastante distinto. Cuándo me subo, me siento extraña, una mezcla de miedo y perplejidad. Las puertas se cierran en cuanto nos subimos, y el tren se comienza a mover a toda velocidad, haciendo que me mareé un poco. Repito, jamás había estado en un tren, es un delito viajar de un distrito a otro, a menos que sean tareas aprobadas por el Estado. Además, las tareas del Distrito 12 son transportar carbón. Y no estoy en un tren de mercancías, estoy en un tren de los súper modelos del Capitolio, que alcanza aproximadamente 400 kilómetros por hora. Alguna vez me dijeron, en el colegio, que el Capitolio se había construido en una zona llamada Las Rocosas; y el Distrito 12 se había construido dónde antes se llamaba los Apalaches, que incluso, ya extraían carbón de la zona; y eso por eso que nuestros mineros, actualmente, tienen que trabajar a tanta profundidad.
Eso sólo me dice que nuestro viaje no durará ni un día.
Cada vagón es precioso; y cuándo apenas entro a uno, el aire no sale, se queda ahí, dentro de mis pulmones. El tren de los tributos es mucho más elegante que la habitación en dónde vi a mi hermana por última vez. Cada uno tenemos nuestro propio alojamiento, compuesto por un dormitorio, un vestidor y un baño privado con agua corriente caliente y fría. Por un momento me dejo pensar en los malditos lujos que éstas personas pueden permitirse, en casa no hay agua caliente, a menos que la hirvamos, lo cual Anna y yo nunca hacíamos. Toothiana me acompaña a mi dormitorio y me muestra cajones llenos de ropa bonita, ropa que Anna y yo jamás podríamos costear. Ella me dice que haga lo que quiera, que todo está a mi disposición, luego, mira mi vestido y dice:
- Aunque, tengo que admitir, tu hermana y tú eran las mejores vestidas para la Cosecha-lo dice con un guiño en su ojo derecho y de repente sé que ella realmente lo ve cómo un concurso de belleza. -Tu única obligación es estar lista para la cena en una hora.
Luego, sale y la puerta del vagón se cierra, dejándome sola, dónde me derrumbo otra vez en el suelo y comienzo a llorar, todo de nuevo.
Quizás llevo cinco minutos llorando, aunque me parece que ya pasó una hora; igual nunca tuve buena noción del tiempo. Me miro en un espejo largo y veo que estoy hecha mierda. Sí, me dejo insultar. Tengo el peinado desaliñado, pero reparable sin necesidad de volverlo a hacer. Tengo la cara congestionada y roja, con los ojos hinchados. El vestido es lo único que continúa impecable; a pesar de las machas de mis lágrimas. Quito mi vestido con tanta suavidad, como si fuera uno de cristal; ya que me duele quitarme el último regalo de mi hermana.
Me meto en la ducha y me baño con agua fría, para despejar mi mente y calmar mis respiraciones agitadas. Estoy segura de que sigo llorando, pero el agua de la regadera no me deja sentirlo. Al cabo de un rato, me siento en la pared de la ducha, dejando que el agua caiga y se desperdicie; sólo tocando mis delgadas y albinas piernas. ¿Qué pasará con Anna? ¿Descubrirán que nuestra casa no está legalmente aceptada? ¿Se la quitarán y vivirá en el orfanato? ¿Eugene la dejará quedarse en su casa? Espero que todo esté bien, ya que estoy prácticamente segura que no le quitarán el ojo de encima. Además, mirar los Juegos es obligatorio para todos.
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Juegos del Hambre {Jelsa}
Fiksi PenggemarEn el mundo pos-apocalíptico de Panem, Elsa Arendelle se ofrece como voluntaria para salvar a su pequeña hermana, Anna. Si quiere volver con ella, sabe que tendrá que cometer el peor acto humano: matar. ¿Que pasará si se resiste a las reglas que org...