Doce.

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Antes que nada, quiero disculparme por no haber actualizado este último mes. Sé que dije que lo haría y eso, pero me dan mis bloqueos bien cabrón y lo siento. De verdad. Les juro por mi vida que los actualizaré más seguido.

Los amo, gracias por hacer esta historia mi mayor prioridad como escritora.

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"Atacada"

Cierro los ojos en lo que la plataforma sube. Mi estómago da brincos nerviosos y el viaje se me ha antojado una eternidad.

Luego, una ráfaga de aire gélido me atrapa y casi me hace caer de la plataforma, que parece que ya se ha detenido.

Cuando abro los ojos, veo nieve.

El cielo es tan brillante que me cuesta acostumbrarme a la luz, pero, cuando lo hago, me aturdo ante la vista. Estamos sobre un gran lago congelado. Volteo a ver a mis costados y puedo ver tributos; parados sobre sus respectivas plataformas. Pon un pie fuera de tu plataforma antes de que suene el gong y tus sesos volarán en el aire; debido a las minas que se desactivan después del conteo.

Entonces, a tres tributos de mí, veo a Emma. Se sostiene los brazos en señal de frío y el flequillo le revolotea con el aire. Tengo ganas de llamar su atención y decirle que corra, que corra y yo la buscaré después. Casi lo hago.

Entonces, sucede.

"¡Damas y caballeros, que empiecen los septuagésimos cuartos Juegos del Hambre!"

Y el conteo empieza desde 60.

Me tiemblan las manos, pero me obligo a estudiar el terreno cuidadosamente. El hielo es adecuado para caminar; incluso correr. Observo la Cornucopia, erguida a unos 70 metros de mí. Puedo ver algunas de las armas apiladas dentro de ella. También hay algunos objetos tirados alrededor, como mochilas u objetos plateados que contrastan con la blanca nieve. Mientras más lejos, menos valiosos. Incluso hay un plástico en forma de cuadrado a unos cuantos pasos de mí. No puedo encontrarle un uso. Tengo que meterme en la Cornucopia, sé que puedo llegar allí antes que nadie. Sé que puedo cruzar el lago sin caerme. Y necesito de las cosas que contiene para sobrevivir.

Sí, es una misión suicida, pero, ¿quién mejor que yo para cruzar un lago congelado? Tuve bastante entrenamiento con Anna de pequeña, en los inviernos del distrito 12. Estoy segura de que si St. Nicholas me hubiese visto correr sobre hielo, me diría que lo hiciera. Pero, obviamente, no hay obstáculos de hielo en el entrenamiento y nadie sabía cómo iba a ser la arena.

Algo me llama la atención. El arco, con la cuerda destensada y el carcaj de flechas apoyado a un lado de unas espadas dentro de la Cornucopia. Es mío. Lo sé. Es mío.

Vuelvo a observar los tributos y veo a Rapunzel allí, sólo que... Le han cortado el cabello y lo tiene recogido en una coleta dorada. Deberíamos reunirnos, pero, ¿cómo? Hacerle señas ahora sería peligroso y estúpido.

No encuentro a mi aliado del 2 y supongo que está del otro lado de la Cornucopia.

30, 29, 28.

Luego, lo observo. Casi oculto por el cuerno de plata, con el cabello blanco y una sudadera azul; Jack Overland. Mirándome.

Casi me distraigo, pero cuando escucho el "10, 9, 8", volteo rápidamente de nuevo hasta mi objetivo. El arco.

Por el rabillo del ojo observo otros tributos inclinándose hacia delante para hacer lo que todos. Correr.

5, 4, 3.

Me inclino y un recuerdo me asalta. Anna y yo, jugando en el estanque congelado de las afueras del Distrito, con risas silenciosas y señas nerviosas. Luego, recuerdo porqué estoy aquí. Y me llena el cuerpo de adrenalina.

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⏰ Última actualización: May 23 ⏰

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