9. INVESTIGACIÓN

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Liam Deighton

28 Febrero 2014

Tenía que admitirlo, el plan de Nicolle no había estado nada mal. El único detalle que le había fallado era algo que ni ella ni nadie podía prever así que habría sido perfecto si ella hubiera sido una profesional con experiencia en la elaboración de planes de asesinatos.

La lástima era que ella no lo era. Al menos, no todavía.

Desde que ella había logrado emboscarme, dos días atrás, había estado estudiándola más a fondo. Sus horarios, sus amigos, sitios que solía frecuentar al escaparse de casa, etc.

Había aprendido mucho de ella, incluso había averiguado su pequeña obsesión de fumar y beber al bode del precipicio en donde había matado a su madre. Ese día después del colegio decidí seguirla al ver que se dirigía a ese mismo lugar.

Cuando llegué ella ya estaba allí, como esperaba. Me acerqué para sentarme a su lado.

—¿No es un poco masoquista por tu parte venir cada vez que puedes aquí a beber y fumar teniendo en cuenta que aquí mataste a tu primera victima? —Le dije mirándola con una sonrisita en mi rostro.

Ella me miró percatándose de mi presencia antes de esbozar una sonrisa y encogerse de hombros.

—¿Quién dijo que ella fue mi primera victima?

La miré sorprendido mientras ella se tumbaba en la tierra que delemitava la zona entre el bosque y el claro.

—¿Y quién fue? —Le pregunté agarrando la botella que ella había dejado de pie entre nosotros para darle un trago.

—No fue un quién sino un qué —al ver que bebía de la botella me puso mala cara—. Voy a terminar cobrándote por el alcohol que bebes conmigo.

—Me estás empezando a asustar —dije aguantándome la risa— ¿qué fue?

—El perro del vecino, dame eso.

Me robó la botella sentándose para beber.

—Como si la hubieras pagado.

Vi como se perdía en sus pensamientos y supe que no era nada bueno.

—¿Rabiosa?

Me miró volviendo a la realidad.

—De echo, ésta si la pagué.

—Espera, ¿qué? ¿Tú, pagando? Eso es nuevo.

Ahora fue mi turno de dejarme caer hacia atrás. Ella hizo una mueca antes de tumbarse a mi lado.

—Lo sé. Estoy tratando de provocar lo mínimo a mi padre, claro que el idiota de mi hermano no me lo pone fácil. Estoy deseando cumplir dieciocho para largarme de aquí.

—En eso úlimo coincido contigo.

Se sentó y levantó la botella hacia mí.

—Brindemos por eso.

Esbocé una sonrisa antes de beber tras ella de la botella de ginebra. En muy poco tiempo había cogido confianza con ella, al igual que ella conmigo. Creo que eso era porqué los dos sabíamos que uno iba a morir al final, así que todo lo que contaramos nunca iba a ser revelado.

—¿Cuál fue la tuya? Primera victima digo.

—Una chica —decidí decir la verdad una vez más—. Mi madre me obligó a matarla para demostrar que no debía tener sentimientos por nadie.

—Qué buena madre, ¿no?

Reí ante la ironía dando otro trago de la botella.

—En realidad siempre me dio miedo, a día de hoy intento pasar el mínimo tiempo con ella, así que imagínate.

Nos quedamos callados un rato bebiendo tranquilamente. A diferencia de la mayoría de personas en el mundo estar así, en silencio, con ella, no era incómodo, era relajante.

—¿Y? —Preguntó ella sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué?

—Eso pregunto yo.

—No te entiendo.

—Ni lo harás sombra, ni lo harás —eso me hizo sonreír divertido— ¿Qué haces aquí?

Me quedé unos segundos callado antes de hacer una mueca y responder.

—Investigar —responí haciendo que riera.

—¿Investigar? —Dijo aún entre risas— ¿Qué investiga Sherlock Holmes?

Se notaba que el alcohol ya le estaba subiendo sobre todo porque llevaba más tiempo que yo allí bebiendo.

—Bueno, ya sabes. Para llegar a asesinar a alguien primero debes investigar su vida —le seguí el juego.

—¿Investigas mi vida?

Asentí.

—Bien, ¿qué encontraste?

—Vives con tu padre, Julian Levine, y tu hermano, Dylan Levine. Tu madre fue asesinada por tu yo, aquí presente, el 06 de Febrero de 2009 —esbozó una mueca ante eso—. Nunca has visto a tus abuelos por parte de madre ya que no aprobaban el matrimonio de tus padres y perdieron contacto con vosotros cuando os mudasteis a este pueblo de mala muerte y los paternos están muertos, accidente de coche —asintió con aprobación para que siguiera—. Has vivido siempre aquí y nunca te mudaste. Ah y siempre has tenido la misma mejor amiga, Ariadna Ellens la cual vive en la parte alta del pueblo —volvió a asentir—. Sé todo lo de tu padre y ya estaría. Todo esto en dos días.

—Me sorprendes. Sabes casi lo mismo que todo el pueblo.

—Ha, ha, ha. Muy graciosa, rabiosa.

—¿A que sí? —esbozó una sonrisa.

Se levantó limpiándose la tierra de la espalda y echándose la mochila que había estado tirada en el suelo todo el rato a los hombros.

—¿Dónde vas? —pregunté intrigado.

Miré la hora, 20:42. Era tarde, pero no tanto como para irse a casa aún.

—Siento joder la hermosa velada, pero le dije a Ari que iría a su casa a las 19:00 así que tengo que irme. Tienes dos opciones, me acompañas o te vas a casa.

Veinte minutos más tarde estábamos los dos plantados delante de la puerta de la mejor amiga de mi víctima. Me había hecho guiar a mí, ya que si en teoría sabía tanto sobre ella debía saber en donde estaba viviendo Ariadna, pero se vé que la dirección que yo conocía no era la actual así que habíamos tardado diez minutos más.

A ella parecía no importarle llegar tarde al contrario que a mí. Aunque ni siquiera era mi deber ir a esa casa me ponía nervioso llegar tarde.

Nicolle llamó al timbre y la puerta se abrió casi al instante. Ariadna empezó a regañarla por haber llegado tarde mientras yo me aguantaba la risa y ella tenía cara de importarle una mierda lo que su amiga opinaba de su retraso.

Cuando por fín Ariadna se dio por complacida con que Nicolle se disculpara se percató de mi presencia.

—¿Liam? —Estaba claro que no me esperaba.

Miró a Nicolle en busca de una respuesta, pero ésta se estaba aguantando la risa mientras se encogía de hombros. Decidí intervenir ya que era obio que ella no diría nada.

—Yo solo la acompañé. Nos encontramos hace rato.

Eso hizo que Nicolle dejara de aguantar las ganas de reír ganándose un golpe en la nuca por parte de Ariadna.

—¿Queres quedarte? —Me preguntó ella ocasionando que la chica a su lado dejara de reírse y la mirara con cara de pánico.

Nicolle buscó mi mirada aún en estado de pánico pidiendo que rechazara la oferta y como era de esperar no lo hize caso.

—Me encantaría. —Respondí sonriéndole a Ariadna antes de entrar en la casa seguido de Ariadna y Nicolle la cual aún no se creía lo que estaba pasando.

Mátame [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora