3. CAZERÍA

4 2 0
                                    

Nicolle Levine

12 Febrero 2014

Estaba indefensa.

Estaba tumbada en la nieve.

Estaba desnuda.

Me había quedado sin fuerzas para gritar, llorar o luchar. Los hombres que habían estado abusando de mí ahora estaban frente a mi madre planeando qué hacer con ella.

Ella no había dicho nada, solo lloraba en silencio. No había tratado de evitar que los cuatro enmascarados me tocaran ni intentó liberarse del agarre de las cuerdas de sus manos.

—Vestid a la chica degenerados. —Habló una voz apareciendo detrás de mí.

Dos de los hombres corrieron hacia mí con una camiseta, la cual me pusieron rápidamente. La actitud de los hombres había cambiado, podía sentir el miedo y los nervios en su expresión.

Un chico encapuchado pasó por mi lado para llegar a donde estaba mi madre. No parecía mucho mayor que yo. Máximo me sacaba uno o dos años.

—Le dimos demasiadas oportunidades para compensarnos, Lauren —le dijo a mi madre, la cual empezó a llorar más fuerte—, estas son las consecuencias que debes afrontar por las acciones que hizo tu marido.

El chico dio unos pasos para atrás y apuntó a mi madre con una pistola en la frente.

—¡Nooo! —Usé las pocas fuerzas que me quedaban para detenerlo, para gritarle con desesperación y rabia que no lo hiciera.

Él bajó el arma y se giró para mirarme. La capucha de la sudadera cubría su rostro creando una sombra oscura debajo de ella que impedía ver nada en el poco espacio que dejaba visible. Sus tejanos negros y guantes no dejaban al descubierto el color de su piel. Era simplemente una sombra anónima.

—¿Qué dijiste, rabiosa? —Me interrogó el desconocido.

—No lo hagas —titubeé antes de suplicarle—. Por favor, no lo hagas.

El chico se rio de mis palabras e hizo una seña a sus hombres para que me levantaran. Se acercó a mí haciendo que sintiera su respiración por debajo de la capucha.

—¿Sigues tan segura de lo que dices? Le estás suplicando a un asesino que no haga lo que ha venido a hacer, eso puede traerte consecuencias, ¿eres consciente de ello?

No respondí.

No podía.

Estaba paralizada por el miedo.

El chico me cogió del brazo llevándome frente a mi madre.

—Yo no voy a hacerle daño, acabo de decidir que serás tú quien lo haga.

Observé a mi madre a los ojos, las dos estábamos llorando.

—Venga, rabiosa —podía sentir su pistola contra mi nuca—. Demuéstrame que vale la pena dejarte con vida. Hazlo, rabiosa.

Rabiosa.

El timbre que anunciaba el inicio del descanso del mediodía me devolvió a la realidad.

Secando las pocas lágrimas que había dejado escapar de mis ojos me levanté de mi asiento y seguí a Ari fuera de la clase.

—Primer día de colegio y ya estoy deseando que termine el curso.

Me hizo reír. Quejarse por cualquier cosa era su mayor afición.

—Seguro, cuando tengas un nuevo crush en la escuela dejarás de quejarte, es más, estarás deseando venir todos los días.

Me miró fingiendo que mi comentario la ofendía lo que hizo que ambas termináramos riendo a carcajadas.

—¿Qué os hace tanta gracia? —Se unió a nuestra conversación mi compañero más odiado.

—Nada importante —respondió Ari sonriéndole.

—Soy Liam.

—Ariadna, es un placer.

Ambos se sonreían de forma coqueta, tenía ganas de vomitar. Ari no perdía ni una oportunidad con los chicos, no la culpaba.

—Venía a robarte a Nicolle por un rato —hablo Liam sorprendiéndonos a ambas—, soy nuevo y no me oriento por aquí. Quería aprovechar el descanso para que Nicolle pudiera hacerme un tour por las instalaciones.

Miré a mi mejor amiga suplicándole con la mirada para que se inventara una excusa por la cual me necesitaba con ella, pero Ari me ignoró completamente.

—Claro, entiendo —me empujó levemente hacía el chico—. Pasadlo bien.

Y con eso se fue, dejándome con Liam Deighton.

Estúpida Ari.

—¿Qué quieres? —Pregunté mientras seguía caminando en dirección al comedor.

—Necesito hablar contigo.

Solté una carcajada, no creo que tuviéramos nada de qué hablar.

No tuve tiempo a reaccionar cuando Liam me empujó a una clase vacía y cerró la puerta dejándome atrapada dentro junto a él. Intenté esquivarlo para poder salir, pero el chico se quedó inmóvil apoyado en la puerta, la única salida de esa habitación.

Me rendí, sabía que no podría salir hasta que Liam me dejara, así que me senté en un pupitre esperando a que hablara.

—No vas a contar nada sobre lo que viste la otra noche.

No respondí, sabía que él tenía información que no me convenía que se supiera en el pueblo así que estábamos a mano.

A mi mente vinieron todas esas preguntas sin respuesta que me había estado haciendo hacía años acerca de la muerte de mi madre

¿De qué deuda hablaban la sombra y mi madre?

¿Por qué me habían metido a mí de por medio?

¿Yo tenía algo que ver con todo lo que pasó?

Pero la pregunta que formulé no fue ninguna de las anteriores.

—¿Qué edad tenías?

—¿Qué?

—¿Qué que edad tenías? Cuando vinisteis a buscar a mi madre.

Liam se quedó callado por unos segundos antes de contestar.

—Doce. Tenía doce.

Era un año mayor que yo.

Su respuesta solo desencadenó más preguntas en mi mente.

¿Cómo era que un niño de doce años se metía en un grupo de asesinos?, ¿y cómo era que ese chico era el líder de ellos?

—No hace falta que me muestres el colegio. —Dijo sacándome de mis pensamientos.

—Tampoco estaba en mis planes hacerlo.

Liam asintió y dio un paso al lado dejando la puerta libre. Avancé en dirección a la puerta, pero justo antes de poder abrirla el chico puso su mano en ella manteniéndola cerrada.

—Oficialmente cuando cruces la puerta empieza la cacería. Terminarás como tu madre, rabiosa.

Me miró con una sonrisa torcida en el rostro.

—No si yo te mato primero, sombra.

Y con ese comentario aparté su mano y abrí la puerta. Le di un último vistazo, su expresión entre confusión y diversión hizo que en mi rostro apareciera esa sonrisa que llevaba escondida seis años.

Salí de la clase.

Que empiece el juego, sombra.

⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘⁘

¡Hola!

Perdon por no subir capítulo ayer, lo bueno es que hoy hay doble actualización :))

¸ VIKY¸

Mátame [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora