18. VENGANZA

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Nicolle Levine

17 Marzo 2014

No dijimos nada más.

El silencio inundó la llamada durante unos segundos. Lo siguiente que escuché fue el pitido que indicaba que la llamada había terminado.

—Nicolle, ¿todo va bien?

El grito de Liam me devolvió a la realidad de mis pensamientos extrañados que inundaban mi cabeza.

—Sí, ya subo.

Dejé el tema apartado y volví a subir. Debía actuar con normalidad, si la sombra se enteraba de que había aceptado testificar en su contra delante de la policía no sabía lo que podía llegar a hacer.

Nadie preguntó por la llamada lo cual agradecí ya que no tenía ninguna excusa en mente. No fue hasta que llegué a casa que volví a tener noticias del oficial.

El mensaje llegó a la 01:18 diciendo que saliera de la casa sin ser vista y lo esperara en la puerta principal.

No fue nada difícil escabullirme sin ser vista ya que lo había hecho múltiples veces en un pasado, así que pocos minutos después de recibir el mensaje ya estaba fuera esperando.

Estaba muy nerviosa. No quería traicionar la confianza de Liam, pero ¿debía dejar morir a un ser querido más para protegerlo?

Las luces de un coche llegando inundaron la calle, eso solo hizo que aumentaran mis nervios. De él bajaron dos hombres vestidos de negro que se dirigieron directamente hacia mí.

—¿Eres Nicolle Levine? —Preguntó uno de ellos.

Asentí.

—Tenemos órdenes de llevarte a comisaría sin esposarte —dijo el otro que parecía más joven que el primero.

Volví a asentir esta vez para darles a entender que estaba de acuerdo con ello. Me escoltaron hasta el coche, también negro, y nos pusimos en marcha rumbo a la comisaría.

El ambiente era tenso, no había música sonando ni nada que pudiera distraerme de lo que estaba a punto de hacer. Mis pensamientos solo giraban entorno a Liam y qué pasaría si llegaba a enterarse.

Tardamos más de lo que recordaba haber tardado siempre en llegar a la comisaría en coche, sobre todo había visitado el edificio las semanas posteriores a la muerte de mi madre, ya que era la única testigo a la cual podían interrogar, aunque no había sido de mucha ayuda en el caso a causa de las lagunas en mi mente y la parte que debía ocultar sobre ser la responsable de su muerte.

—Baja —me dijo elconductor tras aparcar frente a la estación de policía—. El oficial Johnson te espera en el vestíbulo.

Seguí sus instrucciones y entré siendo conducida al instante a la misma sala de interrogatorios en la que había estado apenas hacía unas horas.

—Parece que nos volvemos a encontrar señorita Levine —dijo el oficial del cual ahora sabía el apellido.

—No ha sido por voluntad propia.

—Oh, yo creo que sí.

No respondí y dejé que el hombre diera inicio a su segundo interrogatorio conmigo.

—Nuestras fuentes infiltradas de los barrios bajos del pueblo nos han informado de que los Deighton son parte de una organización mayor de la que nos podemos imaginar de asesinos a sueldo, ¿es eso cierto?

—Sí.

—¿Sabe quién es el líder?

—No —titubeé—, pero creo poder suponerlo.

—Son ellos, ¿verdad?

Asentí lentamente con la cabeza. El oficial abrió la carpeta que yacía en el mismo sitio que la anterior vez que había venido y sacó otra hoja en blanco.

—¿Componentes de la familia en el negocio? —Dijo abriendo el bolígrafo.

—Solo uno —mentí—, la madre.

—¿Nombre? —Preguntó asintiendo.

—¿Fiama? Sí, creo que se llama así.

—¿Segura de que solo ella está en esto? —Asentí— No quiero cuestionarla, pero me parece haber oído que Liam Deighton también es parte de esto.

Mierda.

—No lo es —eso no iba a convencerlo—. Lo único que sé es que participó en un solo trabajo, pero fue bajo coacción, lo que lo absuelve de cualquier delito que haya cometido.

—Es decir que sus manos también están manchadas de sangre —reflexionó el oficial.

Con ningún respeto señor oficial sin moral alguna que se dedica a amenazar a la gente para que testifique, las manos de más de medio pueblo están manchadas de sangre, incluyendo las mías y seguramente también las suyas.

—Eso no es lo que dije —le respondí—. Él solo actuó como apoyo, no asesinó a nadie. De hecho su madre se lo pidió, pero él no hizo ningún ademán de aceptar.

Eso pareció convencer al oficial. Bien, así Liam no iba a ser acusado de nada.

—Hablemos de ti.

—¿De mí?

Eso realmente me había sorprendido. ¿Habría descubierto algo sobre mis pasados pecados? ¿Y sobre el asesinato de Vanessa Hutch que la sombra y yo habíamos llevado a cabo?

—Sí, ¿cómo averiguaste todo esto?

Así que eso era lo que el señor Johnson quería saber. El alivio invadió todo mi cuerpo, pero no dejé que se reflejara en el rostro.

—Tengo más historia con esa familia de la que me gustaría tener.

—Cuénteme, señorita Levine —dijo él dejando el bolígrafo con el que había estado anotando todo lo que decía a un lado—, tengo toda la noche para usted.

—¿No tiene familia que espera en casa pacientemente a que vuelva, señor? —intenté desviar el tema.

—No, así que si esa era su mayor preocupación, el tiempo, puede contarme tranquilamente.

Eso no era lo que quería conseguir precisamente. Sabía que iba a hacerme contar todos los detalles de mi primer encuentro con los Deighton, pero ¿cómo podía contarle sin revelar ningún delito mío ni de Liam? ¿Debía delatar al resto? Mi madre, mi padre, el señor Deighton, la señora Deighton... A la última ya la había delatado.

No pensaba que llevar a la luz todos los delitos de dos difuntos fuera a matar a nadie, lo que me dejaba con el protagonista de mis pesadillas.

Todas las cosas horribles que me había hecho mi padre inundaron mi mente. Todas las palizas, violaciones y, sobre todo, el miedo que había sentido tantos años seguidos cesarían si lo delataba. ¿Valía la pena?

Sí la valía. La ansia de venganza por todo lo que habían hecho nuestros padres inundó mi cuerpo haciendo así que ese yo interior que solía reprimir saliera a la luz.

—Pongase cómodo señor —dije con una sonrisa torcida en mi rostro—, hoy va a descubrir muchas cosas que no sabía sobre la familia Deighton y la familia Levine.

Mátame [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora