Entre sueños lograba escuchar un ruido constante en el exterior, pero me sentía tan tranquilo y en paz por primera vez, que nada logró despertarme hasta pasado el mediodía.
Al despertar, mi mente se tomó su tiempo para recordar todo lo que había sucedido el día anterior y, aunque quería confiar en ese tal Keisuke, lo primero que hice al despertar fue checar que la puerta aún estaba bloqueada.
Con rapidez me despoje de las sábanas que me cubrían y corrí hacia la puerta tratando de abrirla. Al ver que la puerta no cedía, suspire de alivio y me permití relajarme tan solo un poco.
Después de todo lo sucedido ayer, lo único que hice al entrar a la habitación fue dormir, por lo que finalmente me di a la tarea de observar por completo la habitación. En las paredes había miles de posters sobre diferentes pandillas, varias que conocía porque había escuchado sobre ellas antes de todo y algunas otras que al parecer eran más recientes, algunas imágenes de dorayakis con forma de pez y muchas palabras aleatorias escritas en las paredes. Una palabra que se repetía bastante era "Kenshin".
"Raro" fue lo único que se me vino a la cabeza.
Y aunque deseaba volver a la cama y sumergirme en mi miseria, mi estómago imploraba algo de comida y, aunque ayer no me sentía con ganas, anhelaba un baño de agua tibia.
Localice las llaves en el mueble junto a la cama y abrí la puerta cuando me asegure de no escuchar ruido en el apartamento.
Una vez fuera de la habitación, camine con lentitud hasta lo que ayer supuse era la cocina, descubriendo que estaba en lo cierto. La cocina era un poco pequeña a comparación del apartamento, pero contaba con todo lo necesario para que una sola persona sobreviviera.
Antes de que siquiera pudiera pensar en robarle un poco de comida a mi hospedador, encontré una nota adhesiva en la puerta del frigorífico.
Chifuyu.
He ido a trabajar y no volveré al apartamento hasta pasada la tarde, por ahí de las 6:30.
Dentro del microondas hay un plato con comida de la que hice esta mañana. Disfrútala, prometo que no sabe mal.
Mi casa es tu casa, hasta más tarde :)
Atte. El fuerte y genial Baji Keisuke
Tuve que leer la nota un par de veces antes de dejar salir una pequeña risa, incluso sin conocer a Baji podía adivinar que su personalidad era de esas que te atrapan desde el inicio. Aunque no sabría decir si se muestra así con todas las personas.
Me permití fantasear por un par de segundos que, de haber tenido otra vida y haber conocido a Baji en otras circunstancias, tal vez nos habríamos llevado bien.
Dejando de lado tales fantasías, sin remordimientos comencé a movilizarse por la cocina para calentar la comida que Keisuke me había dejado. Y para mi sorpresa, no mentía. La comida estaba deliciosa.
Cuando termine de comer, me dediqué a evaluar mi situación. Había huido de casa y no existía posibilidad alguna de regresar, pero no tenía nada. Hace casi 2 años que había dejado mi trabajo porque Hiroki me convenció de hacerlo y no hablaba con mi familia ni amigos desde mucho antes.
Tras pensarlo un rato me permití reír de mi estupidez. Reí a carcajadas durante un par de minutos hasta que aquellas risas se convirtieron en sollozos que reflejaban lo roto que me encontraba. Con lentitud y a tropezones alcance a llegar al baño, donde aún llorando me despojé de mis prendas y me metí en la ducha.
El agua tibia resbalaba por mi cuerpo. Cuerpo lleno de marcas de quien juró amarme. Intenté limpiarme con el agua y el jabón todas esas marcas, quitar todo aquello que él me dejó, pero sabía que era imposible. Mi cuerpo gritaba su nombre por donde lo vieras... ese maldito se aseguró de dejar una huella en mi.
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¡No me toques! -Bajifuyu
Fanfiction¿Quieres irte del país? Yo te compro el boleto. ¿Quieres ir con tus padres? Le pediré el auto a Mikey y en menos de dos horas estaremos en camino. ¿O quieres trabajar? Iré por un periódico y traeré mi portátil para buscarte un empleo. Dime que quier...