7 - Charla con Draken

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- A mí me parece que sí.

Baji sonrió e inesperadamente su mano se coloco sobre mi cabeza y revolvió mis cabellos como si de un niño se tratara.

Al inicio el pánico se apoderó de mi cuerpo y estuve a punto de colapsar una vez más, pero la suavidad y el cariño con el que realizó tal gesto fue suficiente para distraer a mi cabeza de los malos recuerdos.

"Eso... se sintió bien" pensé apenas su mano dejó de tocarme.

- ¡Oh, mierda! – exclamó Baji con lo que distinguí como preocupación en su voz. - ¡Lo siento, lo siento, lo siento! – comenzó a disculparse. - Joder, que soy idiota.

- Oh, no te preocupes – intenté detener sus disculpas y sonreí un poco ante la sensación restante. Hace mucho que no sentía un tacto como aquel. Incluso si Hiroki no era agresivo, cualquier contacto suyo me era repulsivo.

- ¡Prometí no tocarte y fue lo primero que hice! ¡Mierda, lo lamento! – continúo disculpándose, pero ahora inclinando su cuerpo en un ángulo recto casi perfecto.

-Baji... - intente de nuevo - ... Baji......

Por más que lo intentaba, él no detenía sus disculpas y parecía no estar escuchándome. Realmente no creo que le falte mucho para arrodillarse y besar mis zapatos...

"¿Qué acaso no piensa parar?" me pregunté después de unos segundos de rendirme en detenerlo.

Estaba pensando seriamente en abandonar la habitación y dejar a Baji disculpándose a la nada pues sus disculpas parecían no tener fin. En serio, tal vez ni notaria que me he ido durante al menos una media hora más.

Sonreí ante la idea de Baji disculpándose a lo estúpido hacia la nada. Si tuviera un teléfono incluso podría pasar esa media hora grabándolo.

-Edward, estás haciendo el ridículo – se escuchó la voz de un rubio reaparecer en la cocina.

- ¿AHHH? ¿Y a ti quien mierda te llamo?– exclamó el mencionado.

Ellos dos comenzaron a ''pelear'' entre ellos y no pude evitar sentirme agradecido con Mikey por su interrupción, pues de no haber sido por él, Baji no habría parado en un largo rato. Y así, mientras ese par discutía sobre quién era más ridículo, decidí hacerle caso a mi salvador de pelo largo y me dirigí a la sala.

Una vez fuera de la cocina logré divisar a Draken sentado en uno de los sofás con un libro en sus manos. Tome asiento en un sofá individual y me mantuve callado durante un par de segundos y, aunque habría disfrutado el silencio, creí necesario iniciar una conversación con el pelinegro.

- ¿Qué lees?

- No tengo la menor idea – respondió cerrando el libro y dejándolo a un lado – Es un libro de Baji y, aunque fui bueno en la escuela, la química a ese nivel es incomprensible para mí.

- ¿Por qué Baji tendría un libro de química? – pregunte algo desconcertado.

- El trabaja en un laboratorio, ¿no te lo ha dicho?

- No hemos hablado mucho – me limité a responder.

Intenté durante un par de segundos imaginar a Baji dentro de un laboratorio, pero me fue imposible. Su personalidad y aspecto no encajaban de ninguna forma con un nerd de la química, aunque no es que conociera mucho de él. Solo son prejuicios supongo.

- ¿Tan difícil es imaginar a alguien como Baji siendo un sabelotodo de la ciencia? – pregunto burlón Draken.

- Solo un poco – mentí avergonzado. Nuestras miradas se cruzaron y de alguna forma terminamos riendo durante unos cuantos segundos de lo absurdo que resultaba la idea de un Baji sabelotodo.

¡No me toques! -BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora