Capítulo 3

41 5 17
                                    

Capitulo 3

Amelie Lavelle

5:00pm

Rita había llamado hace unos minutos, dijo que estaba en camino. Ni bien colgó, puse a calentar agua, prepararía el café pasado que tanto le gustaba, a pesar de no estar conmigo en muchos momentos, me agradaba engreírla, aprovechaba cada segundo a su lado. Hoy haríamos noche de películas, mañana no hay clases, así que pasaría todo este fin de semana con ella.

Sentada con los píes colgando encima del brazo de uno de los sillones pequeños mientras leo un libro, escucho unos golpes hacía la puerta, con audífonos puestos aún así podría oírlos, descuelgo uno, y vuelvo a escuchar dos golpes a la puerta. Descalza, bajo una pierna para luego bajar la otra, con un poco de temor, apego mi oreja en la puerta, ahí es donde vuelven a tocar pero esta vez más fuerte. Me paro derecha, extiendo mi brazo, y con la mano derecha, giro la manija, la puerta se abre y como todos los viernes, el señor Young junto a sus guardaespaldas, estaban aquí, parados, con armas entre los pantalones y su piel a la altura de su cintura, les gustaba hacerlos notar sin ningún problema.

— ¿Llegó tu madre? —Pregunta el hombre sacándose sus anteojos negros, para poder observarme mejor, con esa mirada que penetraba, mi piel se puso chinita, sentí un escalofríos en todo mi cuerpo.

— No, dijo que vendría mas tarde a pagarle su deuda —Intento sonreír con dulzura para que se fuera sin dejar una amenaza como de costumbre.

El hombre relame su labio inferior dos veces, escanea mi cuerpo, de píes a cabeza, mis nervios se hacían notar cada vez más, el temor que me hiciera algo relucía a simple vista, su mirada era con lujuria, deseo, ese hombre era un enfermo, siempre se escuchaba por cada roncón de las calles que trabajaba con una proxeneta, amaba acostarse con muchachas, y hacerlas suyas todos los días, mi temor era ese, que al saber que siempre he estado sola en casa, mande a sus hombres a raptarme, podría oler a kilómetros sus malas intensiones. Sin embargo mi madre nunca hace nada, al final, creo que su deuda la terminaría pagando yo.

— Te dejaré un comunicado corto —Menciona el señor Young acercándose a mi, acariciando mi cabello, suave y lentamente — Le dices a tu madre que me paga esta semana si no quiere quedarse sin hija 

— ¿Que? —Me aparto de el, retrocediendo un poco y pasando mi cabello por detrás de mi oreja

— Ya sabes niña, eres mía si tu madre no paga la deuda —Termina de decir para voltear e irse

Cierro la puerta despacio, escuchando como suenan las bisagras, sentándome en el suelo, apego y apretó mis rodillas a mi pecho, algo anonadada, pensativa en las palabras de aquel hombre, temía por mí, no sabía si salir de casa o quedarme sería una opción, solo quedaría esperar a Rita, estoy segura que ella iba a tener la solución, me protegería.

...

7:00 pm

El cielo seguía oscureciendo, veía por una pequeña ventana que había en la parte superior de la cocina. si Rita llegaba. 

Después de esperarla más de una hora, la puerta se abre, era ella la que entraba por ahí, automáticamente me paro del suelo, y me dirijo hacía ella para rodearla con mis dos brazos y darle un cálido abrazo de bienvenida.

— ¿Qué fue eso? —Pregunta no correspondiendo a mí, sacando su chaqueta de si misma para dármela

— El señor Young vino hoy, volvió a pedir su dinero de la deuda que le tienes —Digo entusiasmada 

— Solo ignóralo, hablaré con él —Se dirige a la cocina tomando su cabello para hacerse una cola alta — ¿Y por que lo dices con tanto entusiasmo?

¿A dónde Van Los Sentimientos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora