Ocho

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Los días eran largos y aburridos.

Siempre tan monótonos que Chaewon no parecía consciente de cuando iniciaban o cuando terminaban. Una rutina no era mala, en lo absoluto, pero había llegado a un punto en el que se aburría de hacer exactamente lo mismo.

Comenzó con cosas pequeñas; cambió el orden en el que se preparaba en las mañanas, convenció a Sooyoung de tomar una ruta diferente hasta la estación de trenes, comenzó a evolucionar su arte e incluso se ofreció a trabajar con el profesor, cuando antes sus trabajos no eran estrictamente para una persona.

Pero nada se sentía lo suficiente bien, no hasta que cierta pelinegra había llegado a su vida.

— Está nublado.

Y en ese momento, mientras observaba el cielo desde el interior del departamento de Hyejoo, se dio cuenta de que los días podían ser grises y sentirse bien.

— ¿De verdad? Espero que llueva, me gusta la lluvia — respondió la pelinegra colocándose a su lado, sus ojos recorriendo todo el cielo que podía verse desde ahí.

— ¿En serio? Yo no soy fan de los truenos — murmuró dándole la espalda al gran ventanal para recostarse en la cómoda cama.

— Vaya, cuanta confianza.

— Te juro que mi cama no es tan cómoda, déjame disfrutar.

Hyejoo rio acercándose a la cama, empujando su cuerpo suavemente con una mano para dejar un espacio en el cual recostarse.

— Tendré que comprobarlo yo — murmuró dejando que su cuerpo se relajara en la suavidad de la cama —. Aunque admito que la mía es cómoda.

— Puedes ir a mi departamento cuando gustes, no tengo problema.

La pelinegra le sonrió.

— Agradezco tu confianza.

Y volvieron a quedarse en silencio. Solo disfrutando de la compañía de la otra mientras se perdían en sus propios pensamientos, Chaewon mirando a la pelinegra de reojo y Hyejoo sonriendo al sentir su mirada.

— ¿Te gusta observarme?

Chaewon se sonrojó.

— Eres linda.

— Tú también lo eres, Chaewon.

Otro pequeño silencio, pero ahora con corazones alterados.

— ¿Heejin conocía a Hyunjin?

Fue una pregunta que salió de la nada, incluso Chaewon contuvo el impulso de cubrirse la boca después de hablar.

— ¿Por qué lo preguntas? — interrogó girando el rostro hacia ella, solo para encontrarse con que la rubia ya la observaba.

Estaban cerca, más de lo que Hyejoo recordaba haber estado antes.

— Las escuché el otro día por casualidad, mientras Felix me hablaba de sus experimentos.

La pelinegra hizo un pequeño sonido de aprobación.

— Si, lo hacía — respondió en un pequeño murmullo —. Nos conocimos en el proceso de investigación, ya sabes. Heejin era cercana a ella, más de lo que yo lo fui.

— ¿En serio? Creí que solo eran conocidas, o amigas.

Hyejoo suspiró girado nuevamente su rostro, su mirada en el techo mientras las memorias pasaban frente a sus ojos.

— No sé que eran y jamás me atreví a preguntarlo — dijo a Chaewon —, pero nunca vi a alguien llorar por la perdida de una persona como Heejin lo hacía.

Sickness | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora