Final

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Heejin soltó un gran bostezo saliendo de la habitación de un paciente, el último cambio de suero del día había sido aplicado a todas las personas bajo su cargo. Los últimos días en el hospital habían sido bastante duros, con la primera dosis de la posible cura llegando de la nada las cosas se pusieron intensas.

Para su suerte solo se encargaba de una pequeña parte de los pacientes, normalmente siendo estos adultos mayores y algunos pocos niños. Personas lo suficientemente vulnerables como para no darle ningún problema, simplemente aceptaban cualquier cosa que Heejin les diera sin la más mínima objeción.

Tomaron bastante bien la primera dosis de la cura, de momento no había tenido ninguna pérdida.

— Buen día, Felix — saludó al rubio ofreciéndole una sonrisa cuando este apareció de la nada —. ¿Listo para una noche más?

El mencionado negó provocando una pequeña risa en Heejin. Se veía cansado, su cabello estaba desordenado por la posible posición en la que durmió esa noche, tenían marcas oscuras debajo de sus ojos e incluso desde su lugar podía ver la taza de café sacudirse entre sus manos.

— Ha sido pesado, ¿no?

— Bastante, si te soy sincero — respondió recostandose en la pared más cercana que encontró —. Algunos pacientes recibieron mal la dosis, están teniendo complicaciones.

— ¿Algo en especifico? Tenemos que informar absolutamente todo lo que pase con ellos.

Felix asintió alejándose de la pared, le hizo una pequeña seña a la castaña para que lo siquiera y juntos entraron a una pequeña "oficina" en donde guardaban los expedientes de cada persona hospitalizada.

El rubio se acercó hasta una caja mientras que la castaña se limitaba a observarlo.

— El amor general está teniendo algunas dificultades — habló sacando varios folders con distintos nombres en ellas; hombres, mujeres, niños, algunos ancianos —. Sus cuerpos están sufriendo, rechazan a toda costa el tratamiento, pero otras mutaciones lo llevan bien.

— ¿Amor puro? — preguntó acercándose a revisar los expedientes —. ¿Algún caso?

— Tengo solo uno bajo mi cargo — dijo extendiendo uno de los folders a la castaña —. Kim Jiwoo.

Heejin observó su expediente con atención, tenía poco tiempo dentro del hospital, como mucho un mes. Si lo pensaban bien, era casi un milagro que la chica siguiera con vida.

— Vaya, es joven — murmuró observando su fotografía y datos —. ¿Cómo lo lleva?

Felix se quedó en silencio unos cuantos segundos, los suficientes como para que Heejin entendiera lo que pasaba con aquella castaña de dulce sonrisa.

— La dosis... su corazón no la tomó bien — habló en voz baja negando suavemente —. El amor puro te debilita, lo sabemos, tus propias defensas te matan poco a poco.

Heejin asintió de acuerdo.

— Te vuelves amor, tu cuerpo lo destruye acabando contigo en el proceso.

— Exacto.— El rubio suspiró con cansancio —. La dosis está afectando directamente a su corazón, ya no es una muerte lenta, la está acelerando.

— ¿Te refieres a que...?

Felix asintió.

— Sus tendones se están rompiendo, no le quedan más que algunas horas — murmuró resignado —. He estado administrando medicamento e intentando alargar su vida, pero... no creo que sirva de mucho, no podré salvarla.

— Felix...

— No importa cuantos experimentos haga, no importa cuanto me esfuerce en intentar resolver todo esto.— Su voz comenzó a hacerse cada vez más baja mientras hablaba —. No puedo salvar a nadie, no puedo salvarlos a ustedes. Todos morirán.

Sickness | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora