Trece

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Esa mañana la estación se encontraba extrañamente solitaria, eran pocas personas las que Hyejoo podía ver a su alrededor. Recorrió con la mirada el lugar, su puño doliendo por la fuerza con la que sostenía una pequeña maleta, nada lo suficientemente grande como para crear sospechas.

Solo era un día más de trabajo en el que necesitaba llevar un par de cosas extras, solo eso.

— No quiero que vayas.

La pelinegra giró a su derecha, en donde Chaewon observaba con recelo la llegada de cada tren, esperando que no se tratara del que la llevaría lejos.

Podía notar las marcas de cansancio debajo de sus ojos, la rubia se veía tan acabada ese día. Siendo sincera, Hyejoo se sentía tan culpable por ello.

— Yo tampoco quiero irme.

— Me gustaría poder quedarme contigo, siempre — murmuró Chaewon manteniendo la vista al frente, evitando que fuera sospechoso el hecho de que tuvieran demasiado tiempo ahí sin abordar ningún tren.

— Me gustaría que te quedaras conmigo — respondió en voz baja, un suspiro llenando el silencio que se formó entre ambas —. ¿Estarás bien sin mi?

— Será por poco tiempo, Hye—. La rubia rozó sus manos en un toque disimulado —. Pronto podré quitarme a Sooyoung de encima y me iré contigo.

Hyejoo se quedó en silencio, tragando el molesto nudo que se formó en su garganta al escuchar las esperanzadas palabras de Chaewon. Ese había sido su apresurado, pero bien elaborado, plan:

Fingir que se trataba de un día de trabajo e ir a la estación a la misma hora que siempre, solo siendo un par de ciudadanos más.

Hyejoo tomaría el primer tren hacia las afueras de la ciudad con solo un poco de equipaje, mismo que se encargaron de hacer esa misma mañana, el suficiente para sobrevivir un corto periodo de tiempo. Heejin se encargaría de llevar el resto en los siguientes días, poco a poco, sin llamar demasiado la atención.

Eventualmente todas sus pertenencias estarían con ella; lejos de la ciudad y a salvo de Salud y Seguridad. Cuando Chaewon estuviera a salvo para ir por el mismo camino, la pelinegra estaría lo suficientemente adaptada al lugar como para evitar algunas complicaciones.

Fue el mejor plan que sus mentes asustadas pudieron hacer.

— Hablaste con Heejin, ¿verdad?

Hyejoo la observó de reojo, asintiendo levemente.

No había tenido tiempo de despedirse de Heejin, ni de Yeojin, mucho menos de Felix y Jisung. Se sentía mal por ello, merecían una despedida.

— Lo hice mientras tú fuiste a tu departamento.

Chaewon asintió dejando salir un suspiro tembloroso, cada vez que escuchaba pasos cerca de ellas su corazón latía con fuerza. Temía que el tren llegara demasiado tarde, podían ir por Hyejoo en cualquier momento y su plan se iría por la borda.

Su vida también lo haría.

En el transcurso del día no había visto en lo absoluto a Sooyoung, era casi como si la castaña hubiera desaparecido por unas cuantas horas. No sabía si enojarse más o apreciar el hecho de que le daba espacio y tiempo para poder despedirse de Hyejoo; se sentía traicionada, su corazón dolía al pensar en Sooyoung, pero aún pensaba en ella.

Los amigos también eran extraños, te podían lastimar y aún así seguirías pensando en ellos.

Si Hyejoo la lastimaba, ¿también seguiría pensando en ella?

— Estoy nerviosa.— La pelinegra murmuró por lo bajo, riendo un poco en un intento de mantener su mente distraída —. Conociéndome probablemente pierda el tren.

Sickness | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora