Mi nueva familia [Chisadeku]

Capítulo 2

Izuku estaba paralizado por el miedo. Movió el pie hacia atrás con la intención de salir corriendo, pero tocó una lata y esta salió rodando por el callejón. Se detuvo en seco y sintió que su corazón también lo hizo.

Su respiración se estaba acelerando y solo miraba aterrado la lata que rodaba en dirección donde había escuchado los gritos. Por impulso quiso huir, pero chocó con alguien y cayó al suelo.

—¿Qué hace un niño aquí? —dijo un hombre con una capucha blanca y una máscara que parecía el pico de un ave.

—¿de qué estás hablando? —apareció otro tipo con una vestimenta similar, solo que este era más pequeño.

—oye, niño ¿Qué haces en este lugar? —se acercó a Izuku.

—yo, yo... —miró aterrado al hombre que se acercaba a él.

Y como no estar aterrado, si detrás del sujeto de blanco estaba otro bastante alto, musculoso y con una cara que asustaría a cualquiera. El pobre omega nunca había sentido tanto miedo en su vida como lo estaba sintiendo en ese momento.

—Es raro ver a un niño en un lugar como este —dijo el de traje blanco.

—bueno, no nos importa un mocoso —caminó hacia el más alto—. Deberíamos irnos. Overhaul querrá saber con urgencia que el bastardo que nos delató está muerto.

Midoriya miró en dirección donde había llegado el más bajito y se quedó helado al ver un cuerpo que estaba cubierto de sangre, salía tanta que ya había formado un gran charco.

—oye, niño —llamó otra vez el hombre—. Si aprecias tu vida será mejor que no le digas nada a la policía, ¿entendiste?

Midoriya solo asintió con la cabeza mientras tapaba su boca para no gritar al ver esa escena tan horrible. En ese momento se dio cuenta de que alguien tan miedoso y cobarde como él, no podía ser un héroe profesional.

—¿no sería mejor matarlo? —dijo el bajito—. Nada nos asegura que vaya a quedarse callado.

—no considero que sea necesario, solo míralo. No creo que pueda hablar en una semana.

—si tú lo dices —miró a Izuku de reojo—. Pero... este niño.

—¿qué pasa con él?

—niño, ¿acaso eres omega? —el bajito se acercó a él.

Izuku no podía contestar, estaba abrumado por el miedo. Solo los miraba asustado y en su interior pedía que no lo mataran.

—vaya, así que un omega —el otro hombre se acercó también.

—Chronostasis, creo que es nuestro día de suerte.

—parece que nos has caído del cielo.

Izuku no sabía que estaba pasando, pero sentía que su vida corría peligro. Al principio parecía que los villanos iban a irse, pero ahora estaban haciendo todo lo contrario. Lo rodearon y tenían claras intenciones de querer llevárselo.

—y-yo... —no podía hablar bien debido al miedo y estaba a punto de entrar en pánico—. por favor, no me maten. Juro que no diré nada.

—No te preocupes, no vamos a matarte.

—al contrario, estamos agradecidos de encontrarte —volvió a hablar el bajito.

—¿qué me van a hacer?

—por el momento puedo decirte que no serás lastimado, pero vendrás con nosotros.

—¿por qué? yo... yo no quiero.