Mi nueva familia [Chisadeku]

Capítulo 9

Izuku se encontraba sentado en el suelo con la espalda recostada en la cama, mientras era peinado por una pequeña de ojos rojos.

-sabes que me da sueño cuando tocas mi pelo, ¿verdad?

-es que el pelo de Izuku-san es tan suave.

-tu pelo también es hermoso, Eri-chan -tocó sus cabellos.

-Ahora peiname tú -se levantó de la cama y se sentó en el suelo.

-bien ¿qué quieres que te haga hoy? -agarró su cabello para cepillarle primero.

-quiero dos trenzas -dijo emocionada.

-esta bien -le sonrió-. Aunque no importa el peinado que te haga, siempre te ves muy bonita.

Eri trato de sonreír como Izuku le había enseñado, aunque todavía le costaba un poco. Fue hace unos días que Izuku descubrió que Eri no podía sonreír y por eso, aunque estuviera feliz, el no lo notaba. Él sintió un dolor en su corazón cuando se entero, no podía dejar de pensar en lo lastimada que estaba esa pobre niña. Desde entonces a tratado de hacerla sonreír y poco a poco lo a ido logrando, aunque faltaba mucho para que lo hiciera de manera natural.

"quien diría que ya pasó un mes y días desde que estoy aquí" suspiró al mismo tiempo que terminaba de peinar a Eri y después le entregó el espejo para que se viera. "por alguna razón, el tiempo a pasado rápido" se levantó del suelo y recogió las cosas.

-Izuku-San, quiero jugar con esa cosa que se arma.

-¿te refieres al rompecabezas? -puso las cosas en su lugar.

-si, es divertido -intentó sonreír-. Aunque también me gusta colorear.

-esta bien, déjame y lo busco -se dirigió a un mueble que solo tenía juguetes de Eri-. Cuando Kurono-san lo trajo sentí algo de nostalgia.

-¿nostálgica? -ladeo su cabeza.

-bueno... Cuando yo estudiaba no tenía amigos, así que cuando llegaba a casa jugaba con mi mamá.

-¿como es la madre de Izuku-san?

-¿mi mamá? -se quedó pensando-. Pues... Ella tiene el mismo color de cabello que yo, es pequeña y tiene una hermosa sonrisa. Mi madre es muy buena con todos y siempre te hace sentir bien cuando estas triste.

-Izuku-San se parece a su mamá.

-¿tu crees? -sacó el rompecabezas y lo puso en la mesa-. La verdad es que la extraño mucho, sobre todo su comida.