Mi nueva familia [Chisadeku]

Capítulo 16

Después de terminar su trabajo, Chronostasis se dirigió al cuarto de Eri para hablar con el Omega, pero para su sorpresa, él no estaba ahí. Miró la hora y ya era tiempo de que hubiera regresado, no tenía mucho que hacer en el laboratorio, además a Chisaki no le gustaba tenerlo cerca y terminaba lo más rápido posible. Por un momento pensó que tal vez había intentado escapar, lo cual no sería raro, ya que casi termina muerto por acostarse con el Alfa, pero el Beta sabía que Izuku no era capaz de abandonar a Eri, así que descartó esa idea.

Dejó el cuarto de inmediato y se dirigió al laboratorio, quería asegurarse de que el omega estuviera ahí, mas bien, deseaba que fuera así. Sus otras hipótesis de por qué no había regresado a la habitación, no eran muy alentadoras. Sabía que dejar solo a un omega, en un nido de Alfas, era muy peligroso. Aunque pensaba que Overhaul no podía ser tan idiota como para dejarlo ir por su cuenta, y lo más seguro es que lo haya mandado con alguno de sus hombres, o al menos eso esperaba.

Llegó al laboratorio y se apoyó en la pared, quería recuperar todo el aire que había perdido después de hacer un tiempo récord de la habitación al laboratorio. Intentaba respirar con más calma, cuando escuchó unos extraños sonidos viniendo de adentro, al principio no logró entenderlos, pero después de un rato supo muy bien que eran. Se quedó inmóvil, tratando de comprender si lo que estaba escuchando era real o solo producto de su imaginación. No podía imaginar a Overhaul teniendo sexo con un Omega mientras estaba en sus cinco sentidos. Lo único que pensó es que había entrado en celo de nuevo, era la única manera de que él estuviera haciendo eso.

Chronostasis tenía un debate interno. Quería sacar al omega de ahí, ya que había una alta probabilidad de que terminara como la ultima vez y eso significaba un aumento de gastos para él, a ese paso iba a terminar más pobre de lo que ya estaba, pero sabía que si entraba en ese momento y trataba de quitarle a Izuku, lo más probable es que termine en un montón de pedacitos por todo el laboratorio. Suspiró y miró la puerta, no iba a entrar, pero tenía que quedarse por si algo malo pasaba.

Por otro lado, las dos personas adentro de la habitación, estaban muy metidas en lo suyo. Izuku que estaba recargado en la pared y chisaki que lo tenía sujetado de la cintura. Por la diferencia de tamaño, al omega se le hacía muy difícil esa posición y sus piernas comenzaban a temblar, un poco más y se quedaba sin fuerzas para seguir de pie. El ambiente era realmente sofocante, otro omega hubiera entrado en celo de inmediato con solo oler las feromonas del Alfa. La cantidad era muy grande y aunque no le afectaban, estaba seguro de que todo su cuerpo estaba impregnado con ellas. El olor posiblemente estaría ahí por varios días, si no es que semanas.

Ya era imposible para Izuku mantenerse de pie, sus piernas no daban para más. Se deslizó y casi cae al suelo, de no ser porque chisaki lo agarró de la cintura. Lo volvió a levantar y le dio unos cuantos besos en la espalda mientras salía de su interior. El Omega pensó que ya se había acabado, pero el Alfa lo levantó y lo cargó hasta la mesa, tiró todas las cosas que estaban en ella y lo acostó boca arriba.