Capítulo 13

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Incontables jadeos y gemidos se escuchaban por los pasillos de aquel lugar

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Incontables jadeos y gemidos se escuchaban por los pasillos de aquel lugar. Las feromonas de chisaki se habían esparcido incluso fuera de la habitación y todo estaba impregnado con su olor. Ninguno de los miembros de la yakuza se atrevió a poner un pie en ese lugar por lo densas que eran sus feromonas. En el aire se podía percibir una gran tensión y territorialidad por parte del Alfa.

Entre lloriqueos y jadeos, el pequeño omega era embestido por el Alfa, quien había perdido la cabeza luego de entrar en su interior. Después de contener su celo por tanto tiempo y tratar de frenar sus instintos, finalmente sucumbió ante el placer y su instinto lo terminó dominando. En ese momento no tenía ni un hilo de cordura, su único pensamiento era someter al Omega y dejarlo embarazado. Su boca estaba babeando y sus colmillos picaban, sintiendo la enorme necesidad de morder esa nuca que tenía frente a sus ojos. Acercó su boca y pasó su lengua en ella, disfrutando lo bien que se sentía al pensar que mordería ese lugar y lo marcaría como suyo.

Izuku no sabía cuanto tiempo llevaba en ese lugar, pero estaba a punto de perder el conocimiento. Su cuerpo no podía soportar más las embestidas del Alfa que cada vez eran más rápidas y bruscas. En un punto dejó de sentir dolor y todo se volvió confuso, su cuerpo estaba aceptándolo y sintiendo placer al ser sometido por él. Izuku sabía que no eran sus deseos como persona y que solo se debía a su segundo género, pero eso no evitaba que se sintiera miserable y asqueado. Nunca imaginó que su primera vez sería con un Alfa dominante y que además tendría que ayudarlo con su celo. Su vientre se sentía caliente y su trasero estaba pegajoso por todo el semen que había dejado salir dentro de él. Esos sonidos obscenos que hacía cuando el pene del Alfa entraba y salía de su interior, lo hacían sentirse mal consigo mismo. No quería sentir placer, pero su cuerpo no escuchaba razones en ese momento.

Ambos estaban llegando a su límite. Ninguno era consciente, pero ya habían pasado dos días metidos en esa habitación y pronto iba a anochecer de nuevo. Antes de correrse por última vez, el Alfa dio una última lamida al cuello del omega y le clavó sus dientes. Izuku sintió un tremendo dolor en su nuca y después de eso perdió el conocimiento, quedando inconsciente debajo del Alfa con su cuerpo lleno de sudor y fluidos. Cansado y a punto de colapsar, Chisaki se acostó a un lado del omega y quedó de la misma forma.

La noche transcurrió tranquila y las feromonas se dispersaron del lugar. El ambiente sofocante se calmó y todos los que hacían guardia estaban menos tensos. Se dieron cuenta de que Chisaki era una bestia en muchos sentidos y se preguntaban si el pobre Omega había sobrevivido después desde de estar tres noches con esa bestia.

Durante la ausencia de Izuku, Eri estuvo muy preocupada y ni siquiera quería comer o dormir, lo único que quería era estar con él. Chronostasis la cuidó los días que Izuku estuvo ausente y fue un gran reto lograr que se tranquilizara. Le explicó que Izuku tenía un trabajo importante que hacer y que posiblemente iba a estar ocupado algunos días, pero que el estaba bien y que pronto iba a regresar con ella. A pesar de todas sus explicaciones, Eri no le creyó y siguió insistiendo que quería verlo. Chronostasis deseaba que el Alfa y el Omega terminarán su acalorado encuentro lo más pronto posible. «no pensé que lo disfrutarán tanto» caminaba con la bandeja de comida hacía el cuarto de Eri.

Mi nueva familia [Chisadeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora