Hay un momento de nuestras vidas en el que
somos tan vulnerables que nos rompemos y no
sabemos cuándo las piezas se volverán a unir.
Así era como se sentía Elisabeth luego de pasar
un largo tiempo en una relación tóxica, hasta que llegó él y se prop...
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-TODO ESTÁ en la primera curva, así que debes tomarla bien.-escucho como habló su padre.-Lo bueno es que comienzas en una buena posición, pero debes procurar adelantar en las primeras vueltas.
Estar en Bélgica, aquella mañana se sintió diferente estar en el paddock con la carrera en algunas horas. Beth iba caminando distraída junto a su padre ya su hermano. Aún seguía repitiendo en su cabeza los últimos días en Mallorca y el beso que le había dado al británico; se sintió molesta con si mismo que aquel momento sucedió mientras estaba ebria y estado sobria, aunque seguro que sobria no lo habría hecho hasta que sintiera que era correcto. Y aunque sabía que debía tomarse el tiempo que necesitara, las palabras de Daniel se repetían en su cabeza. "El tiempo no decidirá, tú lo harás" si tan sólo fuera tan fácil como era decirlo.
-¡Elisabeth!-la voz de su hermano la sacó de sus pensamientos.
-¡¿Qué?! -soltó exaltada por el grito de su hermano.
-Papá te estaba preguntando algo pero parece que estás en las nubes.
-Lo siento.-murmuró.-¿Que me preguntabas, papá?
-Si durante la carrera, ¿estarías en Red Bull con nosotros o vas a estar en McLaren apoyando a Lando?
Buena pregunta. En las últimas carreras se las había arreglado para estar en ambos garaje, a veces pasaba más tiempo en uno que en el otro, pero le gustaba porque podía vivir la carrera desde dos puntos de vista diferentes.
-La verdad, no lo sé.-dijo.-Lando ni siquiera sabe que estoy aquí, así que no sabría qué decirte.
¿Problemas en el paraíso? -bromeó su hermano.
-No hay ningún problema ni ningún paraíso, tonto.
-Creo que deberías apoyarlo, cariño. Esta en la primera posición, podría hasta ganar la carrera.-dijo su padre.-Deberías estar ahí para tu novio.
-No es mi novio, papá.-soltó blanqueando sus ojos.
Max por otro lado soltó una carcajada porque sabía que su padre lo había hecho para molestar un poco a la chica. Ambos habían notado que no estaba de muy buen humor.
-¿Por qué no vas a sorprenderlo? Seguro se alegra de verte.-la animo su padre.
-Si, ve, haber si eso te sube el animo.-comento el piloto con gracia.
-Ustedes dos son una mala junta.- comento la castaña con un poco de animo.-No me gustaría imaginar los aviones que harían si los dejara solos.-dijo caminando delante de ellos dirigiéndose al garaje de McLaren.
-¡Deséale suerte a Lando de nuestra parte!-exclamó su hermano.
Y aunque ellos no la vieron, la castaña blanqueó sus ojos por segunda vez mientras reía levemente. Camino hasta que llegó al garaje del equipo naranja, por alguna razón sintió como su ánimo mejoraba, y aunque no quería admitirlo, sabía que era porque vería al ojiverde.