Nadie sabe lo que Nadie ve

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06/01/22 13:00 pm.

Si la miel es dulce, la trampa es mortal

O al menos eso he escuchado que dicen por ahí los más ancianos y sabios a los niños, en su afán de protegerlos e intentar apartarlos de los malos y tentadores ladrones que quieren llevarlos por el camino del mal.

Creo que lo dramaticé un poquito en mi patético intento de ser poético.

Empezaré más o menos desde el comienzo ¿Va?

Me diagnosticaron amnesia, diría que hace mucho tiempo, pero la verdad es que ya nada puedo asegurar.

Estoy perdiendo la memoria...

Y a veces me pregunto cuál será mi último recuerdo o qué será lo último que vea.

Es por eso que me dedico a observar y a veces salvar personas.

Porque al final del día lo olvido todo.

Mi mente es como un casete que se resetea cada cierta cantidad de horas.

Vago por las calles bajo disfraz.

¿De qué?

Vaya Dios a saber.

¿Qué por qué uso uno?

Es para no ser reconocido por gente que me conocía.

¿Por qué?

Porque creo que debe de sentirse bien feo que no se acuerden de ti y más si es alguien a quien estimas mucho.

Entonces para evitarles ese posible sufrimiento a posibles conocidos, me escondo bajo una máscara.

Pero a pesar de todo sé con certeza unas cuantas cosas sobre mí. Me gusta mucho la música, leer, observar las estrellas, buscarles formas a las nubes, y la manera en la que se siente el viento chocando contra mi cara cuando estoy en lugares altos.

También sé que cumplí 18, ahora sí no sé cuándo.

Vivo en un pequeño departamento con un amigo, él es una muy buena persona.

A pesar de su oscurísimo sentido del humor siempre me cuida, o bueno, cuando está en casa.

Sé que su trabajo no ha de ser bonito porque suele llegar con alguna que otra mancha de sangre, pero supongo que para eso es el traje rojo, para camuflarlo. Sin embargo, a él parece gustarle porque jamás llega de mal humor.

Tiene unas bonitas katanas que al parecer son indispensables para su trabajo y muchísimas cicatrices.

¿Qué cómo me llamo?

Espero y no les sorprenda el saber que desconozco mi nombre.

Debo haberlo escrito al principio en algún lado junto a otras cosas de vital importancia para no olvidarlas, pero me temo que olvidé en dónde lo hice.

Así que mi nombre es Nadie.

¿Fácil de recordar verdad? Aunque he escuchado a la gente llamarme de otro modo cuando entro en acción salvando civiles...

Es cuestión de preguntarse ¿Quién soy? Y la respuesta automática es Nadie; aun cuando él siempre me llama por mi nombre real, pero más temprano que tarde se me termina olvidando.

¿De qué estaba hablando?

Creo que eso sólo el Altísimo lo sabrá.

Grabo esto desde la azotea de un gigante edificio mientras escucho unas muy buenas canciones con mis audífonos.

¿Qué por qué hago lo que hago?

Es porque al final del día nadie sabe lo que Nadie ve.

O eso al menos hasta ahora...

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