25/12/19 23:00 pm.
Hace unos meses se cumplieron 4 años desde que me enlisté en el ejército, no tuve opción porque era mi obligación y un gran honor servir y defender a mi patria, aunque tuve que dejar atrás todo lo que amaba. El primer año me costó bastante asimilar que no volvería a ver a mi familia ni a mi novia por tiempo indefinido, el miedo a morir siempre me embargaba, pero me había prometido a mí mismo que sin importar el costo volvería a casa y esa promesa me daba valor en el campo de batalla cuando la situación me superaba. Y ahora que mi tiempo de servicio ha acabado estoy por abordar un avión que me llevará por fin a casa, mi familia aun no lo sabe ya que quiero darles una sorpresa.
Ya es de noche y finalmente luego de tantos años estoy a tan solo unos pasos de aquellos a quienes amo.
Tan solo falta un minuto para que sea navidad, así que tratando de no hacer ruido entro sigilosamente a casa y echo un vistazo al comedor para asegurarme de que nadie se ha dado cuenta de mi presencia aun, así que cuando inician el conteo me preparo para sorprenderlos.
—¡¡5!!
—¡¡4!!
—¡¡3!!
—¡¡2!!
—¡¡1!!
—¡¡FELIZ NAVIDAD!! —corean todos al mismo tiempo.
—¡¡SORPRESA!! —exclamo saliendo de mi escondite y viendo sorpresa en la cara de todos los presentes.
—¡¡AMOR/IVÁN!! —grita mi novia y mi familia al unísono corriendo a abrazarme.
—¡¡Feliz navidad!! —les deseo con una enorme sonrisa.
Sin duda alguna, este es el mejor regalo que podría haber pedido.
