Infierno

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6/03/20

Abrí los ojos... oscuridad. Eso fue lo primero que vi, una oscura abrumadora que parecía haber consumido todo, me sentía atrapado por ella cuando de repente hubo una explosión y un gran halo de luz apareció a lo lejos, así que comencé a correr hacia ella y cuando estaba por alcanzarla... desperté.

Despertar, en lo personal, siempre ha sido más difícil que dormirse y me pregunto por qué a veces no podemos salir de los sueños fácilmente. Al levantarme, el suelo está frío y las maderas crujen bajo mi peso al caminar, aun no me acostumbro a lo silenciosa y vacía que se siente la casa desde que se fueron...

Fue en el 2015. Ese verano con mi grupo de amigos habíamos ido en auto a vacacionar a Carlos paz, tocándole bocina a cualquier auto que pasaba simplemente para molestar, así fue hasta que llegamos al hotel donde nos cambiamos para luego ir a la playa y meternos al mar para apaciguar un poco el calor que sentíamos; para cuando atardeció y habíamos prendido una fogata para asar malvaviscos, noté que Manuel (uno de mis amigos) estaba como perdido en sus pensamientos, hasta que de pronto interrumpiendo la conversación que mantenían los demás dijo:

-Estoy cansado, me voy a dormir -para luego sin más levantarse e irse al hotel.

A todos nos extrañó que se fue fuera tan temprano ya que él era el más fiestero y divertido de los cuatro, pero aun así no le dimos mucha importancia al tema y lo dejamos pasar pensando que el viaje lo había agotado. Y ese fue nuestro mayor error ya que a partir de ese día dejó de salir con nosotros y ya casi ni nos hablaba, lo cual nos preocupó un poco, pero creímos que era porque había conseguido novia y no nos quería decir por miedo a que lo molestáramos con eso; pero descartamos esa idea cuando con el correr del tiempo nos lo cruzábamos por la calle y se veía cada vez más demacrado y consumido.

Hasta que un día decidimos ir a visitarlo porque ya nos preocupaba demasiado su estado y temíamos que tuviera una enfermedad terminal y no nos lo haya contado porque no quería que le tuviéramos lástima o algo así, y al estar cerca de su casa oímos un disparo seguido de un aterrador grito de mujer, asustados por lo que podría estar pasando corrimos hacia su casa; y lo que vimos al entrar nos dejó helados. Tirada sobre el antes inmaculado sillón blanco de la sala estaba su madre con un tiro en la sien y los ojos abiertos de terror, en shock retrocedimos de inmediato para salir de ahí y llamar a la policía; pero tuvimos tanta mala suerte que al dirigirnos a la puerta ahí estaba Manuel apuntándonos, y con una macabra y desquiciada sonrisa de psicópata exclamó:

-Nos vemos en el infierno.

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