Culpa

9 0 0
                                    

16/07/23 5:00 am.

No es que no me acuerde de ti.

Ni que tampoco no desee hablarte.

Es sólo que la culpa me carcome, a pesar de haber hecho lo mejor para ti.

A menudo me arrepiento de no haber sido egoísta y esa tarde, antes de dejarte partir por última vez, no haberte envuelto en mis brazos.

De haberlo hecho, no creo que existiera fuerza alguna en el mundo para separar nuestros cuerpos de tan apretado abrazo.

Me arrepiento pues, de no haberme refugiado por primera y última vez, en esos cálidos brazos que siempre aguardaron por mí.

Pero sabía muy bien que, si lo hacía, no podría evitar llorar.

Y amor mío, alguno de los dos debía ser el fuerte.

Contra mi voluntad te dejé en libertad, mi dulce gorrión.

Porque sabía que sería egoísta de mi parte mantenerte a mi lado y alimentarte con migajas de amor, cuando te mereces algo mucho mejor de lo que yo podría ofrecerte en esta dulce jaula dorada.

Sé que hice bien en dejarte ir, y aunque ahora duela, luego me lo agradecerás.

Porque para que el arcoiris aparezca, primero la tormenta debes soportar.

No creo poder encontrar a alguien igual, porque cariño, en esta vida no hay nadie como tú.

Y me alegra que así sea, porque el primer amor es irreemplazable y lo que menos quiero es un sustituto.

Ya que nadie podrá darme lo que tu me diste ni cómo lo hiciste.

Así que permaneceré en luto, hasta que mi frío corazón decida soltarte y aceptar que, desgraciadamente, tú ya no volverás a iluminarlo con tu presencia.

Hoy escribo esto, con la intención de decirte eso que no pude.

Lo sé, es muy cobarde de mi parte hacerlo de esta forma, más aún cuando sé que muy probablemente no lo leerás.

Pero es tal vez por eso, que la valentía me ha impulsado a hacerlo; porque a mí vergüenza y dignidad las consuela esa posibilidad.

Relatos cortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora