48 horas

18 1 0
                                    

21/07/21 15:10 pm

—¡LOS QUIERO LISTOS EN 5 MINUTOS, TENEMOS UNA AMENAZA NIVEL 7! ¡ESTO NO ES UN SIMULACRO! REPITO, ¡ESTO NO ES UN SIMULACRO! ¡TENEMOS UNA AMENAZA NIVEL 7!

Todo comenzó con esa frase...

¿Quién de nosotros habría pensado que sería nuestro fin?

En tan sólo 48 horas todo se fue al demonio.

Había fuego por todos lados, gente corriendo por doquier, la destrucción se veía en cada rincón de la ciudad.

Todo sucedió tan rápido...

Nos convocaron para combatir y proteger a los civiles, pero ni siquiera eso pudimos hacer. Porque para cuando llegamos, tarde nos dimos cuenta de que el daño ya estaba echo y que nos enfrentábamos a algo que el ser humano en cuestión sólo había visto en películas, que no existía protocolo de amenaza que lo combatiera.

Era una monstruosidad, definitivamente creada por el hombre y escondida por el gobierno; convirtiendo así la biología en un arma vírica para futuras guerras.

No sé quién habrá sido el pobre diablo que la dejó salir.

No sé si fue un accidente o fue planeado.

Pero lo que sí sé, es que nos enviaron a morir.

Éramos meramente una distracción para ganar tiempo y que los peces gordos del alto mando, el gobierno y los ricos pudieran escapar a salvo a un bunker o lugar de contingencia vírica.

Es la misma mierda de siempre.

Nos mandan al matadero mientras ellos ponen sus gordos y asquerosos traseros a salvo.

Debíamos reagruparnos para idear un nuevo plan de ataque... pero del escuadrón 4 ya no quedaba nadie en pie, sólo yo.

Estaban todos muertos y yo seguía con vida solamente por ser un maldito cobarde.

La situación se descontroló cuando vimos que mientras más infectados caían, más se levantaban a su alrededor.

Pronto la primera línea de defensa cayó en sus manos entre terribles gritos de sufrimiento.

Era muy difícil mantener la calma ante ello.

Más temprano que tarde acabamos rodeados, ya que al parecer el sonido de los disparos los atraía como imán hacia donde nos encontrábamos.

Sin saberlo, habíamos cavado nuestras tumbas al permitir que nos acorralaran, creyendo que podríamos hacerles frente y acabar con ellos.

Algunos tuvieron la suerte de morir en el fuego cruzado, puesto que Randall movido por el miedo y la desesperación comenzó a disparar moviendo su arma sin control, hiriendo y asesinando a unos pocos desafortunados que no tuvieron tiempo de cubrirse.

Era nuestro fin... y una pequeña parte de los que aún seguíamos en pie, prefirieron suicidarse antes de ser devorados en vida.

Y los respetaba por haber tomado tal decisión.

Me habría gustado hacer lo mismo, pero el coraje me faltaba y las balas escaseaban.

Por lo que hice lo único que mi desesperado cerebro indicó para no perecer y así evitar a la parca un poco más.

Disculpándome en silencio, me escabullí y me cubrí con los cuerpos de mis ya muertos e infectados colegas con la escasa esperanza de que no les gustara comer a sus fallecidos congéneres.

Para mi sorpresa, aquella asquerosa idea funcionó y arrastrándome lentamente aún cubierto, logré escapar de aquella carnicería.

Mientras me alejaba corriendo, no pude evitar pensar que era un maldito desgraciado al no haberme quedado y morir con honor en vez de huir como un cobarde.

Relatos cortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora