Galletas

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28/11/19 7:00 am.

Estaba emocionada. Hoy se cumplían 2 años de noviazgo y moría por saber qué había preparado él para mí, pero esa emoción duró poco ya que me llegó un mensaje suyo diciendo:

-Ash lo siento nena, pero ya no te quiero. Terminamos.

Era algo que sospechaba,, hacía meses que no teníamos una cita, con suerte y me llamaba; pero no esperaba que me terminara en nuestro aniversario y mucho menos que fuera tan cobarde como para hacerlo por mensaje. Aún recuerdo cuando comenzamos a salir...

16 de junio de 2017. Campus de la Universidad de Medicina.

Me había enamorado de mi mejor amigo, sé que es un completo cliché, pero no pude evitarlo.

-¿Dónde está? Le dije "Nos vemos a las 18 en el campus" ¿Por qué siempre tiene que ser tan impuntual? -me quejé maldiciendo ese hábito que había adquirido de uno de los tantos animes que le fascinan.

-¡¡ASH!! -al voltear a mi derecha, lo vi acercarse corriendo de forma apresurada como si el mundo fuera a acabarse.

- ¡Al fin llegas! Estoy ansiosa por escuchar el por qué llegas 30 minutos tarde -dije echándole un rápido vistazo a mi reloj.

-Lo siento de veras, lo que pasó fue que un gato negro se me cruzó y tuve que tomar el camino largo -se disculpó soltando una risa nerviosa a la vez que se rascaba la nuca-. En fin ¿Para qué querías que nos reuniéramos aquí?

- ¿Podrías extender tu mano?

-No me harás nada raro, ¿verdad? -preguntó dándome una mirada de sospecha y duda con un leve toque de diversión.

-No te haré nada malo, confía en mí.

Al observar nuestro alrededor, me di cuenta de que éramos los únicos ahí.
Era ahora o nunca.
Así que agarré su mano y en su palma tracé con mi dedo la frase que quizá condenaría nuestra amistad para siempre.

Me gustas

-También me gustas -dijo sorprendido.

-¿Quieres ser mi novio?

-Se supone que yo debía preguntártelo, pero sí, sí quiero ser tu novio.

Y con un dulce beso ese momento se grabó en mi corazón.
Pero ahora todos esos bellos momentos se perderán en el olvido como lágrimas en la lluvia. ¿Por qué los recuerdos hermosos son al mismo tiempo los más crueles y dolorosos? Al final tenían razón al decir que el amor es sólo un dulce veneno, mientras más dulce sea más veneno tendrá.
Necesitaba hablar con él sobre su decisión, así que días después fui a su apartamento; pero antes de tan siquiera tocar el timbre una linda chica rubia abrió la puerta y se fue con una amplia sonrisa, así que suponiendo lo que había pasado entré y al verlo sentado tranquilamente en el sillón lo encaré.

-Tenemos que hablar.

-No hay nada de qué hablar.

-Por favor, además te preparé tus galletas favoritas como ofrenda de paz -le ofrecí el tupper que había traído.

-Okay, pero que sea rápido -adoptó una postura más seria a la vez que lo agarraba.

-Bien, ¿sabes por qué estoy aquí verdad?

- ¿Por qué vienes a suplicarme que volvamos? -aventuró mordiendo una galleta.

-No, estoy aquí para que me lo digas en la cara. Somos adultos ya y cortar por mensaje es muy infantil por no decir que es de cobardes -expuse.

-Entiendo... entonces, Ash quiero terminar oficialmente nuestra relación.

-Está bien, aclarado esto ya me voy, disfruta las galletas -me despedí encaminándome hacia la salida.

Esa fue la última vez que lo vi... al menos con vida ya que 6 horas después su madre me llamó llorando diciendo que lo había encontrado muerto en el piso.
Asistí al entierro y al acercarme al cajón para despedirme de él y dejarle una flor le susurré:

-Te lo advertí hace mucho tiempo ¿No? Te dije que la soledad es una muy peligrosa amiga para alguien enojado, ya que llena tu cabeza con muchas ideas locas; y ni siquiera el infierno tiene la furia de una mujer despechada ¿Ahora entiendes que no es una exageración cuando dicen que una mujer herida es muy peligrosa? -y depositando un suave beso en su mejilla lleno de fingida tristeza, le di una mirada a su cadáver; ni muerto dejaba de ser guapo el condenado-. Espero que te diviertas en el infierno maldito bastardo...

Al separarme del féretro, su madre me abrazó y comenzó a llorar aún más fuerte al ver como poco a poco su querido hijo era enterrado ¿Y yo? Yo sólo podía tratar de contener la sonrisa que amenazaba con escapar de mis labios.

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