Capítulo 6

19 4 0
                                    

Se trataba de Lucas Blythe.
- ¿Qué haces acá?.
- No molestes, Lucas.
- Bájale dos rayitas a tu humor, pibe. Vine en buena onda. - Dirigió su mirada hacia un costado y yo suspiré, nada de lo que venga de Lucas Blythe podía ser en buena onda.
- Entonces decime, ¿a que se debe tu encantadora aparición?. - Elevé las comisuras de mis labios de forma irónica, tratando de hacerle notar que su presencia en este momento, me desagrada.
- Estaba por acá y de la nada sentí que necesitabas de mí, y como soy tan generoso, no dudé en venir hasta acá a brindarte mis servicios. - Copió mi gesto, era increíble la capacidad que tenía este chico para agarrar un comentario irónico de una persona, y responder con más ironía. - Pero ya, ¿qué haces acá?.
- Es un lugar público, puedo venir acá cuando me dé la gana.
- Menos en hora de clase. - ¿Por qué se le iba a ocurrir aclarar semejante estupidez?.
- Vos y tus comentarios obvios, mejor andate, arruinas mi paz mental.
- Es un lugar público. - Soltó una risita burlona, ¿se suponía que debía dar gracia?.
- Entonces me voy yo. - Me levanté y empecé a caminar sin sentido alguno.
- Esperá, esperá. - Intentó seguirme el paso. -  Solo quiero saber que te pasa.
- ¿Por qué estás tan interesado?. -  No le dirigí la  mirada y seguí caminando firmemente.
- No lo sé, curiosidad, supongo.
- ¿Supones?. - Disminuí la velocidad de mis pasos y dirigí mi mirada hacia el chico de cabello castaño claro. Lucas Blythe siempre aparecía nada más ni nada menos que para molestarme sin razón alguna. -  No voy a darte información que no te importa sólo para que te burles de mí.
- No es mi intención burlarme, sólo quiero saber por qué estás así, sé que no es por mi culpa así que quiero saber quien osa robarme el trabajo de molestarte.
- ¿Por qué debería contarte?, eres la última persona a la que se lo contaría. - Me crucé de brazos y me puse frente a él.
Él chico solo se encogió de hombros y me miró como si estuviera esperando que le diga lo que él quiere escuchar.
- Problemas familiares. - Desvié mi mirada y me centré en su cabello, a la luz del sol se veía más rubio que castaño claro…
- ¿Peleaste con tu mamá?.
- ¿Cómo..?.
- Lo supuse, siempre tuviste peleas con tu mamá, no pensé por qué esta vez sería diferente. A parte los gritos se escucharon desde mi casa. - Largó una leve risita. A veces se me olvida que Lucas vive literalmente al frente de mi casa, estaba un poco avergonzado, no pensé que los gritos se escucharían tanto.
- Perdón. - Bajé la  mirada.
- No lo decía con esa intención. -  Ladeó su cabeza y fijó sus ojos en mí, invitándome a mirarlo.
Levanté mi mirada y fijé mis ojos en los suyos, nunca me había detenido a mirarlos, son de un color miel, son tan profundos.
- Lo sé, pero igual perdón.
- ¿Por qué pelearon?.
- ¿De la nada vas a dejar de ser irritante y vas a comportarte bien conmigo o que?.
- No veo razón para ser irritante en esta ocasión, y si no querés, no me cuentes, solo intentaba ser amable. -  Me clavó una mirada tan inocente, mostrando interés por lo que fuera a salir de mi boca.
- Sólo que ella no valora lo que hago, y a veces saca el tema de mi padre como si fuera relevante.
- Mm.. En mi caso pasa algo parecido, mi padre habla de mi madre como si estuviera muerta, hasta la idealiza algunas veces, pero si me atrevo a decir algo me pide que supere el hecho de que se marchó, aunque parece que el que no lo supera es él. - Al escuchar esas palabras salir de su boca, me sentí tan identificado.
- Sé que no me preguntaste, pero a veces sentir que uno no es el único al que le pasan cosas, te reconforta un poco.
- Me pasa exactamente lo mismo, su bipolaridad a la hora de hablar de mi padre es  impresionante. Lo idealiza, y luego lo critica.
- Los adultos no entienden nada, o al menos la gran mayoría de ellos. Creen que son  perfectos y que  nosotros somos idiotas que estamos aprendiendo a hablar apenas.
- Exactamente. -  Dejé salir un leve suspiro y volteé a verlo. Nunca vi a Lucas Blythe hablando con tanta sinceridad, él tenía razón. Tal vez no solucioné nada, pero sentir que no soy el único con este  problema, de verdad me reconforta bastante, hay veces que Blythe no es tan irritante. -  ¿Sabes?, a veces me caes bien.
- ¿Qué te puedo decir?, tengo mis encantos. -  Me guiñó un ojo y sacó una risita chistosa.
- ¿Qué hora es?...
- Amm…Las 11:30, ¿por?.
- ¡Debo irme!. - Agarré mi mochila apurado y comencé a caminar, iba a llegar tarde a darle clases a Gilbert.
- Pero aún faltan 15 minutos. - Dijo confundido.
- Tenía que ir a lo de un amigo, ¡nos vemos luego, y gracias!.

Recuerdos EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora