Who's the prey now? [Jinkook]

Capítulo 20: Nabi.

Quizá sientan algo diferente este capítulo porque le di un poco más de enfoque a otros personajes que al Jinkook, pero prometo que es solo por esta ocasión, porque es necesario para la trama y son 11200+ palabras con mucha información🦋

Espero que igualmente lo puedan disfrutar 🥺

Aquél humano estaba cubierto  de sangre. Con magulladuras y cortes cubriendo toda la extensión de su piel. Las facciones eran irreconocibles debido a las manchas de lodo en rostro y ni siquiera sus ojos eran capaz de expresar algo.

Taehyung lo veía desde abajo, desplomado sobre el pasto y completamente aterrado luego de haberse topado con esa persona mientras caminaba con su amigo por el bosque. Sehun estaba a su lado, de pie, igual de asustado. Ambos alfas no podían creer que lo que estaban viendo frente a ellos era un humano.

¿Cómo lo hizo?

¿Cómo encontró La Colmena?

—¿Q-quién eres? —exigió saber Sehun al extraño—. ¿De dónde vienes? ¿Qué hace un humano rondando nuestras tierras?

El desconocido balbuceó inteligible, con la vista perdida. Sus ojos se clavaron en Taehyung y este pasó saliva con fuerza. Se suponía que él era un alfa, pero hacían tantos años que no veía a los humanos, que encontrase a uno de nuevo hacía llenar de horror sus entrañas.

El joven dio un paso adelante y se detuvo al ver que ambos lobos se ponían en guardia.

—No... Ayuda... —gimió, con un hilo de voz.

Taehyung abrió sus ojos desmesuradamente. Él y Sehun se miraron entre sí, llenos de desconcierto y duda por no saber qué hacer o cómo reaccionar ante la situación. El extraño avanzó otro paso, arrodillándose y temblando con ojos suplicantes.

—Por favor —rogó, jadeando como si estuviera desesperado—. Ayudénme...

Aquél día, Taehyung aprendió que no siempre era bueno tener un corazón blando.

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Taehyung abrió sus verdes y fluorescentes ojos, en medio de la oscuridad de su cuarto, sintiéndose pesado y sedado tras haber tomado una larga siesta vespertina. Lo sueños espeluznantes eran tan habituales que en los últimos años ya ni siquiera respingaba; pero una gruesa capa de sudor lo cubría y las sábanas comenzaban a sentirse húmedas bajo él. 

El alfa emitió un gemido entrecortado, cansado, ejerciendo fuerza para inclinar su torso a la mitad y quedar sentado en la cama. El reloj marcaba las 3:47 p.m en números rojos. Las cortinas desplegables de la habitación estaban cerradas y a excepción de la pantalla iluminada de su teléfono —que no había dejado de sonar en todo ese tiempo— no había ninguna otra fuente de luz en la estancia. Con torpeza, estiró una mano hacia la mesa de noche y tomó el celular, acercándolo para leer el identificador de llamadas mientras sus ojos se adaptaban a la intensa luminosidad.

WHEEIN

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Dejó escapar una mediana bocada de aire al ver el nombre de su omega allí. En su rostro, ningún músculo se movió, pero sus dedos se presionaron levemente sobre el borde del móvil, sujetándolo con fuerza. Como pudo, alentó a su interior a calmarse. A pesar de que hacía esto con frecuencia en los últimos días, no terminaba de acostumbrarse a este momento; aquel donde su compañera lo llamaba con ánimo, preguntando como estaba, si había comido, si se encontraba bien y contándole lo mucho que su hijo lo extrañaba, mientras que para Taehyung era una tortura emocional porque por más que  quisiera abrirse con honestidad y revelarle lo que estaba pasando, al final acabaría mintiendo y aparentando que todo estaba en orden.