Capítulo 10: Alianza.

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*Este capítulo quizá resulte largo y aburrido, pero era muy necesario porque contiene mucha información crucial para la historia. Espero que les guste igual :')

Lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos un océano. 

—Dark.

Ver a Taehyung apuntando un revólver contra la cabeza de Jimin era, probablemente, una de las escenas más atemorizantes que Jungkook había presenciado en su vida. Casi igual de aterradora que el momento en que Jin se expuso ante él, revelando que era un alfa y estaba al tanto de sus secretos. 

La diferencia era que esta vez su vida no era la única por la que temía.

El color rojo en los ojos de Taehyung ardía como llamas. Su expresión facial no denotaba ninguna emoción aparte de frialdad pero Jungkook podía oler la hostilidad en él mientras su índice hacía presión en el gatillo.

No disparó. Su mano libre sujetó el hombro de Jimin al mismo tiempo que empujaba un poco más la boquilla de la pistola contra la curva ascendente de su cabeza.

—No te muevas —le ordenó, sin dejar de ver a Jungkook—. Tú, oficial —esta vez se dirigía a él—. Ven aquí.

Jungkook vaciló tembloroso. Sabía que Taehyung estaba lleno de cólera porque desde su juicio todo aparentaba a que les había traicionado. Era una circunstancia muy tensional y peligrosa, y cualquier movimiento en falso haría que se desquitara con Jimin. No tenía más remedio que obedecer.

Se acercó a ellos despacio, hasta quedar frente a su sunbae. Jimin le observó con una mirada repleta de confusión cuando lo tuvo cerca, seguramente preguntándose porqué no hacía nada, porqué se sometía y porqué seguía ordenes de un lobo cuando había sido entrenado y calificado para ser capaz de contraatacar en situaciones de este tipo y aún más complicadas.

Él no sabía, que una simple palabra de un alfa podía anular todas sus habilidades.

—P-por favor —susurró viendo a Taehyung—. No le hagas daño.

—Cállate —gruñó el alfa. Sujetó a Jimin por un costado e hizo que alzara medianamente los brazos—. Arma, celular, esposas. Quítale todo.

Jungkook hizo lo que le pidió. Revisó a Jimin meticulosamente y lo despojó de su revólver y los demás objetos, murmurando un débil «lo siento». Jimin no dijo nada. En realidad Taehyung le prohibió que lo hiciera, pero Jungkook se sentía como si estuviera siendo juzgado por sus ojos.

Para él también debía lucir como un traidor.

—Dame eso —Taehyung le arrebató el arma con agilidad. Sin que él y Jimin pudieran preverlo, levantó la pistola en dirección a uno de los sofás y disparó contra el mueble hasta vaciar todas las municiones. Las balas de plata perforaron el afelpado de manera aleatoria. No hubo ruido, debido a que tenía puesto el silenciador. Taehyung tomó el celular entonces y lo arrojó contra el suelo, pisándolo hasta quebrarlo—. La esposas —dijo después, sacando su propio móvil y marcando un número para llamar. Probablemente le avisaría a Jin... y eso ponía muy nervioso a Jungkook. No quería imaginar que clase de repercusiones tomaría Jin contra él, sin ignorar lo que podía hacerle a Jimin—. Colócaselas. 

Aspirando con fuerza, Jungkook se alineó detrás de Jimin y abrió los discos de metal. Temblando cuando rodeó las muñecas del rubio y las aprisionó. Taehyung hablaba al teléfono, sin apartar los ojos de sus movimientos. 

—¿Qué quieres? —alguien contestó la llamada al otro lado de la línea y Jungkook supo que era Jin, por el tono grave de la voz en reposo. Tras tenerlo en su oído varias veces, había aprendido a diferenciarlo.

Who's the prey now? [Jinkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora