Who's the prey now? [Jinkook]

Capítulo 6: Manada.

Conocer a la madre de Jin no era algo que tuviera previsto en su agenda.

Principalmente porque, se suponía que estaba muerta.

Bien, quizá debería empezar a poner en duda cualquier historia y dato que Seokjin hubiera compartido con él. El alfa no era de fiar, pero ahora estaban trabajando juntos y Jin no tuvo problema en notificarle de otras cosas. Sin embargo jamás le dijo que se reunirían con su familia, menos con su madre, la cual estaba viva. A Jungkook le parecía que era un asunto importante del cual debió ser informado y desconocía el porqué el castaño había omitido ese detalle.

Resultó también que Jin tenía un hermano. Taehyung. Otro alfa igual de orgulloso y petulante. Ugh. Jungkook estaba seguro de que no le cayó tan bien, porque este no había dejado de vigilarlo mientras se movían hacia la casa. Esperaba que no hubieran más familiares sorpresa, pues ya estaba lo suficientemente nervioso.

Al ingresar a la mansión, lo primero que notó fue que el interior tenía un diseño similar al de un palacio.

La decoración era fina y elegante, con estatuas y pinturas de alto valor adornando el salón principal. El piso marmoleado era tan reluciente que Jungkook podía verse reflejado junto a las lámparas de cristal que colgaban del techo.

No había esperado encontrar algo tan hermoso detrás de aquél muro sombrío.

Taehyung los hizo pasar y esperar delante de una escalera imperial. Esta conectaba la planta baja con los pisos superiores. Jungkook contempló aquél lugar con la inquietud naciendo ante lo desconocido.

—Mi madre no tardará en bajar —aseguró Taehyung, dando una mirada suspicaz a Jungkook—. Espero que te comportes, oficial. Si lo arruinas... Si una sola persona de mi familia se entera de esta farsa, te mataré.

—De él me encargo yo —habló Jin entrometiéndose. Dio un paso hacia adelante para cubrir a Jungkook de la visión de su hermano—. Preocúpate de tu propia actuación. No se supone que seas tan hostil con el compañero de tu hyung, ¿o sí?

Taehyung observó a Jin con neutralidad. Resoplando, devolvió su vista al frente y murmuró un «Lo que digas». El brazo de Jin se posó en la espalda de Jungkook. En otro momento se lo habría sacado de encima, pero ahora era irónicamente tranquilizador.

Arriba, al final de la escalera, una mujer hizo aparición detallando a los presentes desde la distancia. Los ojos de la dama se iluminaron en un destello lila cuando vió a Seokjin y no dudó en apresurarse a bajar corriendo por los escalones.

—¡Por la luna! —exclamó ella, abriendo los brazos. Tenía cabello rubio y piel muy clara. Como el retrato—. Mi cachorrito ha vuelto a casa —dijo en un lloriqueo, avanzando hacia Seokjin hasta que pudo sostener sus rostro y besar su nariz con cariño. El castaño se dejó hacer, para sorpresa de Jungkook, recibiendo aquél gesto amoroso de su madre—. Te extrañé tanto, hijo mío.

Jungkook observó la escena con curiosidad e intriga, examinando a la bella mujer que lucía fuerte y esbelta. Físicamente tenía todos los rasgos de una alfa. Sin embargo, el aroma a Jazmín era débil y al contrario de Jin y Taehyung, e incluso Suga, la presencia de esta persona no se sentía tan intensa.

Jungkook no percibía ningún rastro de lobo en ella.

—Jungkook —llamó Jin, rodeandolo con un brazo en un agarre gentil y cálido. Sabía que era actuación y apariencias, pero agradeció internamente que no pusiera más presión sobre él—. Esta es Solar, mi madre —mencionó, tomando la mano de la fémina, quien esbozó un gesto alegre—. Mamá, él es Jungkook, el beta de quien te hablé.

La mujer, Solar, sonrió acercándose a él y Jungkook de repente se encontró demasiado asustado para saber que decir.

¿Cómo se suponía que debía presentarse?