Max
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Había pasado tiempo desde que nos habían corrido a Ares y a mi de la clase, aún faltaba tiempo para que Ares empezara su siguiente clase, por lo tanto me dijo que iba a ir con los Cocodrilos, mi ahora pandilla. Yo por otro lado decidí hacer mi ensayo de una vez, no tenía la intención de hacerlo en la tarde, así que me dirigí a la biblioteca.Al entrar en ella, me dirigí a la mesa más alejada, saque unas hojas de máquina y mi pluma, comencé a hacerlo sin prisas, era aburrido, demasiado, pero al menos practicaría mi método de persuasión. Oí murmullos en la biblioteca, no le tome importancia, de seguro era el rumor de que la profesora de Historia tuviera una relación con la profesora de Lengua, más sin embargo, no fue así.
-Hola, Max Reeves.
Una chica de cabello negro y ojos cafés me miraba con una sonrisa, llevaba dos trenzas y tenía una sonrisa agradable, era muy hermosa. A pesar que no había uniformes es la escuela, parecía que ella llevaba el suyo, falda verde, blusa blanca y suéter rojo. Espero no haber perdido mis encantos con las chicas, a pesar que tengo en mente a cierto chico.
-¿Te conozco? -dije coquetamente.
-No, pero yo si. ¿Puedo sentarme?
Asentí un par de veces, ella tomo asiento delante de mi.
-Gracias.-Me volvió a sonreír.-¿Tarea?
-Algo así, un ensayo. -Sonreí coquetamente, note que ella había echo lo mismo, más sin embargo lo que dijo a continuación me cerró el paso fuera de su alcance.
-Soy Guadalupe Flores, la presidenta del consejo estudiantil, por si no habías escuchado de mi. Me dijeron que ahora formas parte de los Cocodrilos, a mi parecer ya te informaron sobre el acuerdo que Reinas y Cocodrilos tiene. Y si es así, si tienes algunas preguntas de como manejamos las cosas aquí, adelante habla, las aclararemos y si no te informaron, no hay problema.
Su voz era dulce pero a la vez fría, note que la biblioteca se había vaciado, solo estaba la encargada. Dos chicas se acercaron a nosotros, una de ellas era rubia y la otra de piel oscura. Eran muy atractivas, sin preguntar, se sentaron, quedando en el centro Guadalupe. Llevaban igual una especie de uniforme pero con diferentes colores.
-Melissa Sánchez, a tu servicio Max Reeves.-Habló la rubia colocándose un mechón atrás de la oreja, tenía un acento peculiar.
-Carolina González, a tu servicio Max Reeves.-Repitió la morena, con otro acento.
Las tres tenían acentos diferentes, más sin embargo eran muy seguras y diplomáticas. Tendría que tener mucho cuidado con ellas. De cierta manera me sentí intimidado por ellas, sus agradables sonrisas no me daban tan buena espina.
-¿Cómo te ha parecido la estancia? -preguntó Melissa subiéndose sus gafas rosadas con un dedo.
-Agradable, me gusta el ambiente.-contesté con naturalidad. No permitiría dejarme intimidar tan fácilmente.
-Nos alegra escuchar eso, nosotras hacemos lo posible para que nuestra escuela se un ambiente agradable para sus estudiantes.-contestó Carolina con un tono orgulloso.-Cuéntanos sobre tu punto de vista de manera general, vamos, no mordemos.
Carolina se rio se lo último que comentó, la mirada de Guadalupe era muy pesada y Melissa sonreía con gracia.
-Siento que es una especie de examen y si contesto mal, tendré una sanción o algo por el estilo.-dije con franqueza, esto hizo reír a Melissa.
-Sólo cuéntanos, Reeves. No te haremos nada, solo queremos saber la opinión de los estudiantes y como eres nuevo, queremos saber en qué podemos mejorar como administración, también dinos tus molestias o tus observaciones en el ambiente.-dijo la rubia amablemente, sentí de pronto que podía comentar lo que pensaba de manera libre, pero así no sería, no, estas chicas eran excelentes manipuladoras.
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Sentimientos clandestinos
Novela JuvenilMax Reeves es transferido a una nueva escuela, donde su hermano estudia. En esta escuela es importante pertenecer a un grupo y Max lo debe de tener claro. Debe de seguir las reglas de la pandilla. 1°Somos todos o ninguno. 2°Jamás abandonar a un mi...